El presidente Andrés Manuel López Obrador lamentó el asesinato de 13 policías, perpetrado el jueves en el estado de México, y prometió que no habrá impunidad. “Ahora es distinto, ahora está bien pintada la raya, la frontera entre la delincuencia y autoridades”, aseveró.
La violencia se origina, reiteró, porque en el pasado se abandonó a los jóvenes. Declaró que, en su gobierno, el que comete un delito es castigado, “no existe impunidad para nadie. Incluso cuando un juez deja en libertad a un presunto delincuente, lo denunciamos y lo vamos a seguir haciendo”, sostuvo.
En la conferencia de prensa matutina, realizada en Veracruz, la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, refirió que sobre la presunta emboscada en contra de elementos del orden en territorio mexiquense, “ya hay una coadyuvancia” de las fuerzas federales con las autoridades estatales, pero optó por no informar sobre las líneas de investigación y “dejar labatuta de las pesquisas, como nos lo han solicitado, al fiscal del estado de México por el momento”.
La funcionaria rechazó, tal como lo hizo la víspera el Presidente, el diagnóstico de un comando del ejército de Estados Unidos respecto a que el narco controla un tercio del territorio mexicano, aunque admitió la “presencia” de organizaciones delictivas “en algunas entidades, no en todo el territorio”.
Antes, en el diagnóstico de seguridad de Veracruz, se indicó que en la entidad han bajado sustancialmente los delitos de alto impacto.
El mandatario señaló que ese tipo de episodios violentos están muy arraigados porque se abandonó al pueblo y, al referirse a un doble feminicidio en Cosoleacaque, reiteró que no habrá impunidad como ocurría antes, cuando “la delincuencia era parte del gobierno, por eso no se castigaba a los responsables. Ahora está bien pintada la raya, la frontera entre delincuencia y autoridades”.
La política neoliberal, añadió, es también sinónimo de aspiracionismo. “¿Cómo rechazaban a jóvenes que querían estudiar? Muchos, de manera responsable, tomaron la decisión de emigrar, en lugar de quedarse y ser enganchados por la delincuencia organizada, decidieron irse a Estados Unidos”, como es el caso del millón de veracruzanos que durante el periodo neoliberal se fueron a trabajar al vecino país o a las ciudades fronterizas.