Sobre el reciente acuerdo con Estados Unidos para que este país envíe a México 2.7 millones de dosis de vacunas contra el Covid-19, “más que pensar en si cada movimiento lo vamos a tener que negociar por otra cosa, lo que estamos construyendo es el andamiaje de una muy buena relación de cooperación con una visión común de mediano plazo” en América del Norte, aseguró ayer el canciller Marcelo Ebrard.
En un videomensaje, el titular de Relaciones Exteriores precisó que el biológico arribará la próxima semana y se usará para aplicar la segunda dosis a quienes corresponde tenerla ya.
Mientras la víspera se había informado que llegarían 2.5 millones de vacunas, esta vez el funcionario precisó que serán 2.7 millones.
Indicó asimismo que esa operación con Estados Unidos para las vacunas de AstraZeneca se buscó porque “hemos observado retrasos en el mercado internacional o en los productores internacionales a pesar de ya tener las firmas y compromisos establecidos. Entonces, le dimos prioridad por esa razón”.
Esa cantidad del antígeno es un adelanto del número total de 77.4 millones de dosis que México compró a AstraZeneca y que se está envasando en México, pero que estará listo hasta dentro de un mes o un poco más –originalmente se había previsto que el biológico estaría disponible para finales de marzo–, y de ahí se surtirá no sólo al país, sino a toda América Latina desde la planta ubicada aquí, de los laboratorios Liomont.
Manifestó entender que se cuestione si ese envío por parte del país del norte se realizó a cambio de algo, si bien no mencionó la versión en boga sobre un pacto entre los dos países para la contención de migrantes en la frontera sur de México, porque –asumió– “cada vez que hay un acuerdo con Estados Unidos u otros países siempre sale esa misma pregunta; hasta cierto punto es lógica, es lo razonable”.
Y dijo en seguida: de lo que se trata es de construir entre México y Estados Unidos “una relación muy cercana”, y así lo patentizan los diálogos entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, así como los realizados por funcionarios de ambos gobiernos.
La prioridad de México ahora son las vacunas –insistió–, pero también los dos mandatarios tienen otras preocupaciones comunes, como la de hacer una inversión significativa hacia Honduras, Guatemala y El Salvador para que la gente no tenga que migrar por condiciones de pobreza o de inseguridad grave. “Lo mismo en el sur de México, también estamos avanzando en eso”, añadió.
En suma, ubicó como una muy buena noticia que México reciba esas 2.7 millones de dosis requeridas porque demuestra cómo la cooperación bilateral avanza y se fortalece.