La Paz. La ex presidenta golpista de Bolivia, Jeanine Añez, será atendida en la cárcel por una unidad forense tras un cuadro de hipertensión que padece a cinco días de su detención preventiva por cargos de “sedición, conspiración y terrorismo”.
La noche de ayer, el mismo juez que horas antes permitió que la ex mandataria de facto fuera trasladada a una clínica bajo custodia, decidió que recibiera tratamiento en la cárcel.
La familia pedía en las puertas del penal que su cardiólogo la valore, pues su cuadro de presión alta compromete su corazón. Sin embargo, el juez Armando Zeballos justificó su decisión argumentando que la ex gobernante estaba aislada y se busca evitar un contagio de coronavirus.
“Me parece que ellos quieren ver muerta a mi madre, no tienen voluntad de nada; traje un cardiólogo, pero tampoco lo dejan ingresar. Estoy muy indignada y sé que mi madre tiene otra crisis”, expresó Carolina Ribera, la hija de Áñez.
Poco antes, el presidente Luis Arce aseguró que no busca venganza, sino justicia tras la detención de la ex presidenta de facto.
Se refirió al tema después de una semana de que Áñez y dos de sus ministros fueron aprehendidos y llevados a una cárcel con detención preventiva, acusados de sedición, conspiración y terrorismo.
“No nos mueve el odio ni la venganza, lo que nos mueve es un afán inquebrantable de justicia”, indicó ayer Arce.
Horas antes, el abogado de Áñez, Ariel Coronado, desmintió versiones de que su representada estuviera en “huelga de hambre” y aclaró que tiene problemas en la ingesta de alimentos.
“No puede comer. Come y vomita, por ese motivo está comiendo muy poco” debido al cuadro de presión alta, explicó Coronado.