Reno. Un hombre ruso se declaró culpable en Estados Unidos de ofrecerle a un empleado de Tesla 1 millón de dólares para que inutilizase la enorme planta de baterías eléctricas en Nevada con ransomware y se robase secretos de la compañía para usarlos en extorsión, dicen fiscales y documentos de la corte.
En un caso que expertos de ciberseguridad llamaron excepcional por los riesgos que el hombre corrió, Egor Igorevich Kriuchkov se declaró culpable el jueves en un tribunal federal en Reno. Su abogado Chris Fey declinó comentar.
La fiscalía dijo que Kriuchkov actuó de parte de cómplices en el extranjero al intentar usar sobornos en persona para reclutar a un empleado que instalara físicamente ransomware en la planta, que codifica los datos en las redes atacadas y solamente puede ser desentrañado con una llave de software proveída por los atacantes. Típicamente, las pandillas de ransomware que operan desde bases seguras hackean las redes de la víctima a través de la internet y descargan datos antes de activar el ransomware.
“El hecho de que se tomó un riesgo tal, quizás indica que fue una operación de inteligencia dirigida a adquirir información en lugar de una operación de extorsión por dinero”, dijo Brett Callow, analista de ciberseguridad en la compañía de software antivirus Emsisoft.
“Es posible también que los criminales pensaron que el riesgo valía la pena y decidieron probar su suerte”, dijo Callow.
Charles Carmakal, jefe técnico de la firma de ciberseguridad Eireye, concordó: “Se podría haberlo hecho desde miles de millas de distancia sin arriesgar a nadie”, dijo.
El FBI dijo que el plan fue frustrado antes de que ocurriesen daños.
El director general de Tesla, Elon Musk, ha reconocido que su compañía fue blanco de lo que llamó un intento serio de conseguir secretos. Tesla tiene una enorme fábrica cerca de Reno para baterías de vehículos eléctricos y unidades de almacenamiento de energía solar.