La Paz. El presidente boliviano Luis Arce dijo el viernes que no busca venganza sino justicia tras la detención de la exmandataria interina Jeanine Áñez ante las críticas a su gobierno.
Arce se refirió al tema después de una semana de que Áñez y dos de sus ministros fueron aprehendidos y llevados a una cárcel con detención preventiva acusados de sedición, conspiración y terrorismo.
Horas después, un juez determinó que la ex gobernante pueda ser llevada a una clínica para ser atendida por un cuadro de hipertensión tras dos días de que la familia pedía su traslado.
“Mi madre está débil, no tiene ni fuerzas para comer; lo que nos asusta es que su presión arterial es alta", dijo José Armando Ribera, hijo de Áñez a los periodistas. Las autoridades de régimen penitenciario consideraron que no fue necesario que fuera trasladada a una clínica y que su salud era estable.
“No nos mueve el odio, ni la venganza; lo que nos mueve es un afán inquebrantable de justicia”, dijo el mandatario el viernes en la inauguración de un congreso de un grupo de mujeres llamado Bartolina Sisa.
“Los que nunca ganaron las elecciones quieren disputarnos el poder… No lo vamos a permitir, pedimos respeto al pueblo boliviano”, agregó luego de mencionar que él considera que en noviembre de 2019 hubo un golpe de Estado al ex presidente Evo Morales y negó que haya habido un fraude electoral, por lo que tildan a Áñez de “golpista”, ya que ella asumió la presidencia tras la renuncia de Morales en medio de una crisis política y social que dejó al menos 36 fallecidos.
Arce ganó las alecciones el año pasado.
La Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica negó en un comunicado que en Bolivia haya habido un golpe de Estado y aseguró que junto con la Unión Europea y la embajada de España propiciaron una reunión para pacificar el país y convocaron a todos los actores políticos, entre ellos, representantes del partido de Morales.
En tanto, el fiscal departamental de La Paz, Marco Antonio Cossío —quien estuvo a cargo de las investigaciones y las detenciones de Áñez y sus dos ex ministros— renunció este viernes a su cargo “por motivos estrictamente personales y de salud”.
En la víspera, Arce mantuvo un encuentro virtual con el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, con quien analizó “el proceso de recuperación de la democracia en Bolivia y la situación de la pandemia a nivel mundial”. Días antes, la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea y Estados Unidos realizaron el mismo pedido.
El ex presidente Carlos Mesa, líder de la fuerza opositora en la Asamblea Legislativa consideró que es un “abuso completo” la forma en la que se trata a una ex mandataria. "Áñez no debía estar presa, está presa ilegalmente e injustamente, acusada de un delito que nadie ha cometido, que ella no ha cometido. No debería estar presa y pedimos su libertad”, agregó.