Nueva York. Reformas parciales por las cuales lucharon movimientos de defensa de inmigrantes durante años y que ahora cuentan con el respaldo de la Casa Blanca fueron aprobadas este jueves por la cámara baja, pero su destino es muy incierto ante el Senado, sobre todo al intensificarse el debate político sobre la frontera, pues según algunas versiones, el gobierno de Joe Biden ha solicitado ayuda de su contraparte mexicana para contener el flujo migratorio.
Posible residencia legal a 4.4 millones
Uno de los dos proyectos de ley aprobados ayer por la cámara baja (Dream and Promise Act) señala una vía a la ciudadanía para los dreamers –menores de edad que llegaron con sus padres de manera indocumentada– que podría beneficiar potencialmente a unos 1.5 millones –la mitad de ellos mexicanos– y también ofrece residencia permanente a otros inmigrantes por ahora protegidos con el llamado estatus temporario y otras medidas. Según el Migration Policy Institute, esta propuesta podría ofrecer residencia legal a un total de 4.4 millones.
El segundo proyecto de ley aprobado ayer (Farm Workforce Modernization Act) otorga la legalización temporaria para hasta un millón de jornaleros indocumentados, incluyendo a sus esposos, esposas e hijos en el país, y una oportunidad para obtener la residencia legal permanente después de cuatro a ocho años.
Dreamers y otros sectores pro inmigrantes festejaron su triunfo, pero afirmaron que es sólo un primer paso en esta lucha para promover un cambio real en la política migratoria. Cerca del Capitolio, dreamers corearon “lo logramos” y su consigna “Indocumentados y sin miedo”. Varios señalaron, como declaró la organización Raíces, que “esto es resultado de años de organización y presión por el movimiento de derechos de los inmigrantes”.
Pero de inmediato, United We Dream y otras organizaciones anunciaron acciones a fin de presionar al Senado para aprobar la medida lo más pronto posible.
Los demócratas y la Casa Blanca buscan promover componentes de una reforma migratoria integral que podría gozar de algún apoyo bipartidista, como los dos aprobados este jueves.
La presidenta de la cámara baja, Nancy Pelosi, afirmó poco antes de la aprobación que los votos expresan “una diferencia sobre cómo respetamos la bella diversidad de Estados Unidos, respetando el hecho de que la migración es la revitalización constante de Estados Unidos”.
Jen Psaki, vocera de la Casa Blanca, expresó que estos proyectos de ley son claves para “millones de individuos que llaman Estados Unidos su casa”, y agregó que “son el reconocimiento de una vía a la ciudadanía para estos trabajadores esenciales, críticamente importantes para nuestra economía y nuestros sectores de alimentos y agricultura”.
Algunos demócratas y agrupaciones de inmigrantes y sus defensores insisten, a pesar de la oposición de republicanos, en no limitar sus ambiciones para promover cambios a fondo de la política migratoria. Un grupo de legisladores demócratas influyentes en ambas cámaras están impulsando esta misma semana otro proyecto de ley para otorgar un camino hacia la ciudadanía para alrededor de 5 millones de indocumentados que son “trabajadores esenciales” en los sectores de salud, sanidad, alimentos y agricultura, entre otros.
A la vez, coaliciones detrás de campañas como We Are Home (https://www.wearehome.us) y organizaciones inmigrantes nacionales como Mijente, sindicatos e iglesias, entre otros, mientras apoyan estas medidas y proyectos de ley parciales, insisten en promover una reforma integral que incluye legalizar a 11 millones de indocumentados (mexicanos casi la mitad), desmantelar las medidas contra los indocumentados y reducir los fondos para agencias antimigrantes empleadas por Trump y hacer que estas instancias rindan cuentas por sus abusos.
Como alternativa, una reforma por partes
La propuesta de una reforma migratoria integral promovida por Joe Biden al llegar a la Casa Blanca está congelada por ahora, aunque estrategas pro inmigrantes señalan que siempre se consideró lo que ya se intenta con lo aprobado ayer: promover la reforma por partes. Pero el gran desafío político inmediato para el gobierno de Biden es la situación en la frontera con el incremento del flujo migratorio, tema usado por los republicanos para entorpecer y frenar las iniciativas de reforma.
Los republicanos califican el creciente flujo en la frontera de “crisis” provocada por Biden, argumentando falsamente que Donald Trump había solucionado el problema. Y han señalado que no apoyarán iniciativas mientras no se resuelva la “crisis” fronteriza, lo que indica que muchos continuarán con los argumentos antimigrantes del gobierno anterior. De hecho, Stephen Miller, estratega antimigrante de Trump, comentó a la agencia Ap que el tema de la inmigración será clave para los republicanos en las elecciones intermedias de 2022.
Por lo tanto, hay enorme presión sobre la Casa Blanca y el Departamento de Seguridad Interna para demostrar que tienen el “control” sobre la situación para poder avanzar sobre el tema.
Como parte de esta situación, reportan medios estadunidenses, el gobierno de Biden ha buscado de manera discreta instar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador a continuar con algunas medidas de contención del flujo migratorio hacia la frontera que fueron desplegados durante el gobierno de Trump bajo amenaza.
Según versiones extraoficiales, el gobierno de Biden desea que México reciba mas familias expulsadas por las autoridades estadunidenses e incremente sus medidas para frenar el ingreso de centroamericanos en la frontera con Guatemala, entre otras cosas.
Funcionarios de ambos gobiernos no han confirmado públicamente la especulación en algunos medios de que hay un acuerdo por lo menos implícito de un quid pro quo, en el que a cambio de vacunas que Washington enviaría, México intensificaría su labor migratoria para frenar el flujo hacia la frontera estadunidense.
Psaki, la vocera de la Casa Blanca, a quien se preguntó al respecto al confirmar que Estados Unidos “prestará” 2.5 millones de vacunas al país vecino, afirmó que hay “varias conversaciones diplomáticas –paralelas–” con México, indicando que no están relacionados los temas.
Primer latino en Departamento de Salud
Mientras tanto, Xavier Becerra, hijo de inmigrantes mexicanos, fue ratificado por el Senado (con apenas un margen de 50-49 votos) para ser el primer latino que se desempeña como secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS). El ex legislador federal (más recientemente procurador general de California) estará a cargo de una dependencia que, entre otras cosas, está al frente de la lucha contra la pandemia, así como también es la encargada de los miles de inmigrantes menores de edad que están al centro de la disputa migratoria y el manejo “humanitario” de los más vulnerables en el flujo por la frontera.
El gobierno de Biden ha sido fuertemente criticado por su respuesta al aumento de cruces fronterizos no autorizados de niños sin compañía de adultos. Mientras unos 4 mil 500 menores aguardan en instalaciones de la Patrulla Fronteriza que no están equipadas para detenciones a largo plazo, donde algunos duermen en el piso, el HHS se ha apresurado a abrir sitios de detención en todo el país y ha intentado apresurar sus procesos para liberar a los niños en custodia. Actualmente, el HHS custodia a unos 9 mil 500 menores, reportó la agencia Ap.