En respuesta al despliegue de autoridades federales y estatales para hacer frente a grupos criminales que operan en el sur del estado de México, ayer se perpetraron tres ataques contra elementos de seguridad y de la fiscalía de la entidad en los que murieron al menos 13 efectivos, ocho de la policía estatal y cinco ministeriales.
Las víctimas son los policías de investigación Abraham Hipólito, Jonathan Enrique Lazcano, José Luis Guzmán Bernal, Juan Carlos Villa Luciera y Ricardo Ramírez Mondragón, todos ellos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), además de los policías estatales Alejandro Lovera Hernández, Guillermo Torres Mixteco, Víctor Manuel García Vázquez, Mauricio Rodríguez Zárate, Darío Juan Mesas Morales, Ernesto Mondragón Ramírez, David Pedroza Guadarrama y Martín Solares Morales.
Los atentados fueron cometidos entre la una y las dos de la tarde en la comunidad de Llano Grande, municipio de Coatepec Harinas, y a la entrada de Zacualpan, demarcación contigua.
En esta zona cercana a Ixtapan de la Sal, en la franja limítrofe con Guerrero, las autoridades han reconocido la presencia de cárteles del narcotráfico que se dedican también al secuestrar y extorsionar.
Según los reportes, alrededor de las 13 horas un comando sorprendió a elementos de la Secretaría de Seguridad del estado y a policías de investigación de la Fiscalía General de Justicia en el poblado de Llano Grande.
Ahí, cuatro agentes estatales y dos ministeriales se alistaban a realizar un patrullaje de rutina cuando fueron sorprendidos por un grupo armado que desde una camioneta abrió fuego con armas de grueso calibre.
Los uniformados no pudieron repeler la agresión y sus cuerpos quedaron al lado de la patrulla de la Secretaría de Seguridad número 8871.
En la pared del inmueble frente a donde estaban los oficiales quedó evidencia de los impactos de grueso calibre. Los chalecos antibalas que portaban tres de los policías no fueron suficientes para salvarlos.
Instantes después, el mismo comando se encontró con una camioneta pick-up en la que viajaban tres ministeriales de la fiscalía, quienes también perecieron por las ráfagas de disparos que dejaron la unidad con decenas de perforaciones.
Aunque los elementos policiacos intentaron resguardarse del ataque debajo de la unidad, no alcanzaron a evadir los disparos y perecieron.
Corporaciones estatales se desplegaron por tierra y aire con la finalidad de aprehender a los agresores con apoyo del Ejército y la Marina Armada de México. A la zona fueron enviados más de 100 elementos.
Unos 50 minutos después de los primeros atentados en la comunidad de Llano Grande, otros cuatro policías fueron abatidos por delincuentes a la entrada del municipio de Zacualpan.
Los uniformados circulaban en una patrulla tipo jeep cuando una camioneta se les acercó y los ocupantes les dispararon.
Autoridades del estado de México han detectado que en esa zona limítrofe con Guerrero operan grupos de la delincuencia organizada.
Primero, en un comunicado conjunto, la Secretaría de Seguridad y la fiscalía mexiquense confirmaron el ataque a sus elementos que “realizaban labores de patrullaje, justamente para el combate a grupos delictivos.
“La Secretaría de Seguridad y la Fiscalía General de Justicia, con el apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Marina, llevan a cabo una operación conjunta para la búsqueda de los agresores”.
Más tarde, en un video que difundieron por canales institucionales, el secretario de Seguridad, Rodrigo Martínez Celis, y el fiscal Alejandro Gómez Sánchez calificaron de “arteros y cobardes” los atentados y prometieron que no quedarán impunes. “Vamos a ir por ellos y los presentaremos ante la justicia”, sentenció el fiscal.
Dijo que a los sitios donde se cometieron las agresiones se envió a personal especializado en recopilar indicios que ayuden a esclarecer lo sucedido.
Las dependencias también ratificaron que darán apoyo a las familias de los policías que murieron.
No es la primera vez que se perpetran ataques contra agentes en la zona. Hace poco más de dos años hubo una emboscada contra efectivos estatales en un camino de terracería del municipio de Almoloya de Alquisiras, contiguo a Zacualpan, donde murieron cuatro elementos y seis quedaron heridos.
En 2019, el fiscal regional de Ixtapan de la Sal, Mauricio Blancas, sufrió un atentado y estuvo hospitalizado varias semanas. En esa agresión cinco ministeriales resultaron lesionados. La fiscalía mexiquense imputó este hecho a la organización delictiva La familia michoacana.
En julio del año pasado cinco elementos de la fiscalía fueron víctimas de un atentado en Ixtapan de la Sal. Tres sufrieron lesiones graves y dos leves.