Investigadores, activistas y organizaciones sociales demandaron a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y a las secretarías de Medio Ambiente y Salud atender la emergencia ambiental y sanitaria que enfrenta la población de la cuenca del alto Lerma y la región de Texcoco, donde la contaminación del agua y la tierra “han detonado una grave afectación a sus habitantes”.
En el seminario virtual “Región de emergencia ambiental. Cuenca del Alto Lerma y región Texcoco”, convocado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, expertos del Colegio de Posgraduados y del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) alertaron que “se han incrementado los casos de cáncer, abortos e insuficiencia renal relacionados con presencia de tóxicos como cromo, arsénico y plomo”.
Joel Osorio, de la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ), destacó que por décadas la población de la cuenca del alto Lerma ha enfrentado la destrucción del río y sus ecosistemas, depredación de su territorio, contaminación de los cuerpos de agua y la tierra, frente a una “omisión criminal” del gobierno federal frente al alto costo ambiental que enfrenta esa región.
El NAIM aceleró deterioro
Yolanda Pica, profesora investigadora del IMTA y experta en toxicología, destacó que la transformación y deterioro del río Lerma se inició en 1854, aunque se agudizó en las décadas de 1970 y 1980. “No hay ningún sitio del río donde no haya toxicidad en cantidades importantes”, tanto por la descarga de aguas negras como de las tratadas, además de que en la zona se usan plaguicidas y agroquímicos “con mínima protección” y en exceso en las actividades agropecuarias.
María del Carmen Gutiérrez, investigadora del Colegio de Posgraduados, destacó los elevados niveles de contaminación de la subcuenca de Texcoco, que aceleró su deterioro desde 2011 con el inicio de la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM), cancelado al inicio de esta administración.
Entre los efectos más graves, explicó, destaca la contaminación del suelo, que elevó drásticamente su salinidad y la concentración de metales pesados, hundimientos, pérdida drástica de humedad y modificación de la función hídrica del subsuelo, por lo que señaló que es urgente realizar un diagnóstico ambiental de agua, suelo, aire, flora y fauna para confirmar la presencia de contaminantes y su alcance.