El escritor de thrillers Riley Sager (Pensilvania, Estados Unidos, 1974) siempre se ha considerado una persona “mórbida”. Desde niño le fascinaban las cosas “oscuras y aterradoras”. Así que cuando decidió escribir libros no había duda que serían de suspenso.
Riley Sager, seudónimo de este periodista de formación, acaba de publicar en español Cierra todas las puertas (Planeta, 2021), su tercer libro editado en Estados Unidos, que promete tener el lector “al borde de la silla”, como le gusta a su autor.
La idea de Cierra todas las puertas nació del libro El bebé de Rosemary, de Ira Levin –Sager le dedicó el suyo–, y de la película del mismo nombre dirigida por Roman Polanski. Le atrajo la idea de un edificio de departamentos lleno de secretos que son revelados en forma “espeluznante” por una nueva inquilina, la joven Jules. La idea inicial de Cierra todas las puertas fue actualizar la novela de Levin para un nuevo público.
Además de crear un estado de “suspenso” en sus lectores, Cierra todas las puertas encierra un mensaje: “Quise desarrollar la idea de la desigualdad económica. Lo que personas carentes de dinero están dispuestas a hacer a fin de conseguirlo, y cómo las pudientes pueden abusar de esta situación. La disparidad económica es algo muy de Estados Unidos, aparte de que sea universal”, expresa en entrevista con La Jornada.
Sager publicó su primer thriller Final girls en 2017. Siguieron The Last Time I Lied, Cierra todas las puertas y Home Before Dark. Survive The Night saldrá en el verano.
Uno de los protagonistas del libro es el edificio centenario en el que se desarrolla la historia, conocido como el Bartholomew, uno de los inmuebles más lujosos de Manhattan, con vista a Central Park. Aunque Sager lo inventó, reconoce que se inspiró en un edificio famoso de la ciudad de Nueva York ubicado cercano a su creación. Aclara: “Nada de lo que pasa en el edificio real tiene que ver con los sucesos del Bartholomew”. Sin ser un conocedor de arquitectura, Riley siente fascinación por los edificios de departamentos que lucen torrecillas y gárgolas, elementos que integró al suyo.
Entre los héroes literarios de Sager figuran Stephen King, Agatha Christie, Donna Tartt y Ann Taylor –“no escribe thrillers; sin embargo, es una escritora asombrosa”. También siente devoción por Alfred Hitchcock: “Crecí viendo una y otra vez sus películas. Nadie maneja el suspenso mejor que él”.
El thriller es una montaña rusa
–¿A qué se debe el gusto del lector por el thriller?
–Para mí, el thriller produce el mismo efecto que una montaña rusa: una emoción que es temporal y segura. Es una forma de entretenimiento y escape, no obstante que algunos de los temas pueden ser oscuros y alarmantes. Uno dice: ‘oh, cielos, qué va a pasar, tengo mucho miedo’. Luego, guardas el libro, te relajas, comes algo, porque no estás en verdadero peligro. Es una manera indirecta de vivir experiencias emocionantes.
Jules, personaje principal de Cierra todas las puertas, es mujer. Para Sager, “a veces, cuando autores masculinos escriben sobre personajes femeninos, se puede tornar incómodo e involuntariamente sexista, así que primero pienso en ellas como seres humanos y luego como mujeres”.
Si Jules se basa en alguien es en el mismo autor: “Hace unos siete años perdí mi trabajo periodístico, no pude conseguir otro, así que mis ahorros desaparecían. Sentí la misma desesperación que Jules en cuanto a qué iba a hacer, ya que mi vida se había descarrillado, pero no por mi culpa”. Por fortuna, Sayer escribió Final Girls que se volvió un best seller internacional.