El conflicto entre México y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) escaló ante la insistencia del uruguayo de interferir en los asuntos de Bolivia.
Ayer la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) volvió a censurar la actuación de Almagro y lo conminó a abstenerse a realizar “pronunciamientos unilaterales a nombre de toda la membresía de la organización”.
En un posicionamiento a nombre del gobierno mexicano, la cancillería lo convocó por segundo día consecutivo a conducirse de acuerdo con las facultades establecidas en los instrumentos jurídicos interamericanos. La postura de México se dio tras la difusión ayer del comunicado C-024/21 por la secretaría general de la OEA en que acusa al gobierno de Luis Arce de señalamientos presuntamente “amenazantes” y afirma que desde octubre 2019 en Bolivia han ocurrido “violaciones a derechos humanos y crímenes de lesa humanidad”.
Ese boletín “sienta un peligroso precedente para una organización creada con el propósito de buscar el consenso”, enfatizó la dependencia a cargo de Marcelo Ebrard.
“Como Estado miembro de la OEA, México considera que la secretaría general de la organización debe apegarse a su misión de fomentar el diálogo, el consenso y la solución pacífica de las controversias en el hemisferio”.
La cancillería remarcó que Almagro debe atender la naturaleza colegiada de su mandato y, en concordancia con el derecho internacional, no intervenir en los asuntos internos de los estados miembros de la OEA. Lo convocó a evitar confrontarse con gobierno de Bolivia, elegido democráticamente.
“En concordancia con el principio de no intervención, el gobierno de México exhorta a la secretaría general de la OEA a retomar su papel en el entramado interamericano. Está en el interés de la estabilidad regional que la OEA actúe dentro de su propio marco institucional en esta y en futuras situaciones”.
El martes, Efraín Guadarrama, coordinador nacional de México ante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños –cuya presidencia pro témpore recae en nuestro país– reprochó la pretensión de Almagro de intervenir en lo resuelto por las autoridades bolivianas sobre la detención de Jeanine Áñez, quien se proclamó presidenta tras el golpe de Estado en noviembre de 2019 en la nación andina.