El presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió que si el Poder Judicial frena la nueva ley eléctrica presentará una iniciativa de reforma constitucional.
En conferencia de prensa afirmó que dejar el sector en las condiciones previas lo convertiría en cómplice del “atraco” de las empresas particulares a la nación durante el periodo neoliberal y se afectaría a los más pobres.
El titular del Poder Ejecutivo defendió la Ley de la Industria Eléctrica definida en su administración (impugnada hasta ahora por unas 27 empresas) al señalar que es un asunto de interés nacional “y no de la ambición de malandros, fifís”.
Advirtió persistencia en el proyecto de transformación que en este ámbito significa combatir la corrupción y fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad, pero sobre todo habló del apoyo del pueblo.
“Qué bien que vienen elecciones, porque por eso ellos están apostando a que no tengamos mayoría en la Cámara de Diputados para mantener sus privilegios y el régimen de corrupción; nada más que el pueblo es sabio, tiene instinto certero, sabe lo que está sucediendo por más campañas que haya”, aseguró.
Comentó: “hacen el ridículo” aquellos que hasta piden al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, “que venga a regañarnos”.
–¿Impulsaría entonces una reforma constitucional? –se le preguntó en la conferencia matutina.
–Sí, sí. Yo estoy seguro que (la actual Ley de la Industria Eléctrica) no es inconstitucional, pero si lo determinan jueces, magistrados y ministros, que es inconstitucional y no puede proceder, enviaría una iniciativa de reforma a la Constitución porque no puedo ser cómplice del robo, del atraco, no puedo aceptar que particulares dañen la hacienda pública y afecten la economía popular, sobre todo la de los más pobres.
Aunque reiteró que no tiene duda de que en el periodo neoliberal “una banda de cuello blanco” se dedicó a saquear al amparo del poder público, mostró apertura para negociar con las empresas dispuestas a modificar los contratos.
Afirmó que sus críticos tienen amnesia porque olvidan la entrega de sobornos a legisladores a cambio de su voto en favor de la reforma energética del sexenio pasado, la cual sirvió de “paraguas” para las privatizaciones en las industrias eléctrica y petrolera.
No obstante, consideró, “salir del neoliberalismo nos está costando mucho menos” que cuando se derrocó al porfiriato, con una revolución armada; por eso “se jalan los pelos los adversarios y ya ni publican encuestas, los mariachis callaron, porque con todo y la campaña tiene el apoyo del pueblo”.
Sostuvo que la polémica generada en torno al tema eléctrico es por el anuncio de su gobierno de transparentar y corregir excesos, y abusos de toda la política de privatización.
Advirtió que no debe haber intocables y “si el presidente de México ahora no tiene fueros y puede ser juzgado por cualquier delito, como cualquier otro ciudadano, ¿por qué no va a ser así con otros servidores públicos?”
Anunció que pronto enviará una iniciativa de reforma para impedir el resguardo de expedientes de funcionarios acusados de cometer actos de corrupción porque en el sector público el robo es una violación a los derechos humanos.