Ciudad de México. La violencia que se vive prácticamente en todo el mundo es resultado de la mentalidad discriminatoria con la que se forma a las niñas y niños, por lo que para romper con esa dinámica nociva, es necesario que la educación de los pequeños no sólo esté basada en la transmisión de conocimientos, sino también en su formación emocional y moral, señaló la cineasta Leslee Udwin.
Como parte del ciclo de conversatorios “Educar para la dignidad y la equidad” –organizado por el Tecnológico de Monterrey--, la también activista británica recordó la forma en que elaboró su documental “La hija de India”, en el cual narra un caso de asesinato y violación tumultuaria en contra de una joven de 23 años de edad, ocurrido en 2012 en ese país asiático.
Udwin rememoró que, al entrevistarse con los hombres que cometieron dicho crimen, se dio cuenta de que ninguno de ellos era un “monstruo”, sino personas comunes y corrientes que habían actuado de esa forma por haber naturalizado la idea de que su víctima se merecía lo que le había ocurrido por haber salido de noche y sin estar acompañada de un familiar varón.
“Estaban programados por un pensamiento sociocultural, con actitudes que les permiten hacer lo que hicieron, y somos todos nosotros los que los hemos programado. No podemos fingir que son manzanas podridas en un barril, porque es el barril en sí el que está podrido y nosotros somos ese barril que las contiene”, señaló.
Todas las violaciones de derechos humanos, dijo Udwin, tienen el común denominador de haber sido provocadas “por una mentalidad discriminatoria, una total falta de empatía y el hecho de atribuirle menos o nada de valor al otro. La enfermedad con la que nos enfrentamos no es de hecho la violencia: ese es el síntoma de la enfermedad. La enfermedad en sí es la mentalidad discriminatoria”.
Para erradicar dicho fenómeno, la creadora y activista fundó la organización Think Equal, mediante la cual busca cambiar la mentalidad de las niñas y niños a través de cursos sobre temas de no discriminación, igualdad y respeto.
“Nelson Mandela dijo que la educación es el arma más poderosa que tenemos para cambiar el mundo. La educación es el motor principal del progreso. La pregunta clave es ¿qué quería decir Mandela con educación? Un niño tiene que aprender a odiar, y si se le puede enseñar a odiar, se le puede enseñar a amar”, subrayó.
Los programas de Think Equal comenzarán a impartirse en cuatro estados del país: Chihuahua, Guerrero, Nuevo León y la Ciudad de México, y se imparten en tres niveles, para niños y niñas de uno a tres años, de dos a cuatro años, y de cinco años de edad.
“Hay que enseñar a nuestros niños a amar para no odiar. Esto nos permite co-construir sus caminos neuronales y garantizar que el resto de su vida la dignidad fluya de un cerebro desarrollado con cualidades, actitudes y comportamientos de ciudadanos globales y responsables”, puntualizó Udwin.