Ante el 83 aniversario de la Expropiación Petrolera, Greenpeace señaló que el paradigma del sector energético debe cambiar y adaptarse a las condiciones actuales y futuras con una drástica transición energética, con justicia y respeto a los derechos humanos de las comunidades, que atienda de manera pronta y efectiva la crisis climática que impacta a nuestro país y que también permita revertir la pobreza energética que padece más del 40 por ciento de la población.
En un comunicado consideró que “la necesidad de transitar fuera del modelo fósil es cada vez más evidente. Las alternativas existen y son viables, sin embargo es imprescindible no caer en falsas soluciones basadas en el cambio tecnológico, la transición debe cuestionar también el modelo de consumo energético”.
Es necesario “recurrir a las energías renovables que no se limitan a la eólica y solar, sino que incluyen también a la geotérmica, la biomasa, las pequeñas hidroeléctricas, y aprovechar las corrientes marinas, sector que para México representaría una gran oportunidad, considerando los 11 mil kilómetros de litorales del país”, sostuvo Pablo Ramírez, especialista en Energía y Cambio Climático de la organización.
Explicó que el modelo petrolero está agotado, no sólo porque los yacimientos se agotaron y México ya no es la potencia petrolera que llegó a ser en los años 70 y 80 del siglo pasado, sino porque los combustibles fósiles que hoy se plantean como fundamento de la generación de energía en el país, causan graves daños a la salud humana y al medio ambiente, además de impedir el cumplimiento de los compromisos internacionales de México en mitigación y combate al cambio climático.
Recordó que el planeta se enfrenta a una emergencia climática que exige acciones inmediatas y profundas de los gobiernos de tanta o mayor trascendencia como la decisión que en su momento, dadas las condiciones de la época, tomó el presidente Lázaro Cárdenas del Río.
Mencionó que si hubo convenios irregulares o ilegales entre empresarios y funcionarios corruptos para establecer grandes parque eólicos y solares y la afectación al Estado mexicano y a la población deben conllevar a las investigaciones correspondientes, para castigar a los responsables. Pero ello no justifica satanizar a este tipo de energías, porque son viables tanto en lo técnico como en lo económico.
Sostuvo que para cumplir con las metas de mitigación y cambio climático a las que México se comprometió internacionalmente en el Acuerdo de París e incluso para cumplir con la Ley General de Cambio Climático, es indispensable reducir el uso de combustibles fósiles en todos los sectores.