Londres. El dolor y la rabia por el asesinato de la londinense Sarah Everard deben canalizarse en esfuerzos para detener la violencia de los hombres contra las mujeres, no en argumentos políticos sobre las tácticas policiales en una vigilia, dijo ayer una de las mujeres arrestadas en el evento, en momentos en que continúan las movilizaciones en demanda de no más violencia de género.
Everard, de 33 años, fue secuestrada cuando caminaba a su casa en el sur de Londres el 3 de marzo y el acusado de su rapto y asesinato es un oficial de policía. La tragedia provocó un debate nacional sobre cómo la sociedad británica lidia con la violencia machista contra las mujeres.
Pero el foco político se trasladó a la Policía Metropolitana de Londres, después de que los oficiales que intentaban dispersar una vigilia por Everard, que infringió las reglas del confinamiento por el Covid-19, se enfrentaron a las dolientes y se llevaron a las mujeres esposadas el sábado.
Patsy Stevenson, quien fue fotografiada inmovilizada en el suelo, esposada y arrestada por oficiales hombres en imágenes dramáticas que generaron ira contra la policía, declaró ayer que estaba consternada por el giro de los sucesos.
“Me volví viral accidentalmente. No quería que esto sucediera. Pasó como un torbellino”, dijo en Sky News. “Me han lanzado a la luz pública y la única forma para que esto no sea en vano es no hacerlo político, no contra la policía. Se trata sólo de la seguridad de las mujeres y tenemos que hablar de eso”, dijo.
Cada año, 85 mil agredidas
Se estima que 85 mil mujeres son violadas y más de 400 mil agredidas sexualmente en Inglaterra y Gales cada año. Sólo una pequeña fracción de los incidentes conducen a condenas penales. Las cifras más recientes mostraron que la tasa de condenas por violación registrada por la policía fue de 2.6 por ciento, un mínimo histórico.
Los medios se centraron ayer en si la jefa de la Policía Metropolitana, Cressida Dick, debía renunciar por las horribles escenas del sábado. El primer ministro, Boris Johnson, sostuvo que tenía plena confianza en el jefe de policía de Londres.
“El tema básico que debemos abordar como país, como sociedad, como gobierno, es que las mujeres deben sentir (...) que cuando presentan serias denuncias sobre violencia, sobre agresión, son debidamente escuchadas y atendidas”, dijo.
Desde la desaparición de Everard muchas mujeres han recurrido a las redes sociales para contar sus propias experiencias de acoso y agresiones en las calles de Reino Unido y para exigir un cambio.
Un factor que convirtió el caso en un grito de guerra para las mujeres fue el hecho de que la policía aconsejó a las mujeres cercanas al lugar donde Everard desapareció que se quedaran en casa por su propia seguridad. Esto enfureció a muchas, que declararon que la responsabilidad debería ser de los hombres para cambiar su comportamiento, no de las mujeres para renunciar a sus libertades.
White Ribbon UK, organización benéfica que tiene por objetivo poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas mediante la participación de hombres y niños, les pidió que se pronunciaran tras el asesinato de Everard.
“No debe recaer sobre las mujeres tener que cambiar su forma de vivir debido al miedo y el riesgo de violencia. Éste es un problema machista y los hombres deben tomar parte”, afirmó Peter Lassey, presidente de White Ribbon UK.
Manifestantes se congregaron ayer por la tarde en la Plaza del Parlamento con el lema “Fin a la violencia contra las mujeres”, en la tercera jornada consecutiva de protestas. Una amiga de Everard, Helena Edwards, acusó que el caso fue “secuestrado” por personas con una agenda. “Sarah fue víctima de uno de los crímenes más horribles imaginables. Tuvo mucha mala suerte, eso es todo”, escribió Edwards en un blog.