Mexicali, BC. El gobierno de Estados Unidos abrió su frontera con Tijuana para procesar durante los primeros días de la administración Biden la petición de asilo de 600 centroamericanos que permanecían varados en esa ciudad fronteriza.
El primer grupo, integrado por 25 migrantes, cruzó el 19 de febrero. A partir de ahí el cruce ha sido constante, sobre todo de familias, aunque se estima en más de 5 mil solicitudes de personas que permanecen en Tijuana y Mexicali.
Se trata de peticionarios de asilo político que llegaron a esa ciudad, la mayoría en las caravanas de migrantes que fueron retornados a ese punto como parte del Programa de Protección al Migrante que instrumentó el entonces presidente Donald Trump, mediante el cual ellos deberían permanecer en México hasta que se diera a conocer la decisión de la Corte federal, debido a la repoblación de los centros migratorios en Estados Unidos.
El programa federal fue suspendido, por lo que solo son atendidas las solicitudes pendientes, ya inscritas en las Oficinas de Migración estadunidenses.
Quienes han ingresado de manera legal por California son 183 hondureños, 121 guatemaltecos y más de 100 salvadoreños.
Aun cuando hay movilidad en la línea fronteriza, el representante del Instituto Nacional de Migración en Baja California, Manuel Marín, declaró que "esas son las únicas personas que el gobierno de Estados Unidos está recibiendo, la recomendación es que se queden en casa, que no vayan y se acerquen a la frontera porque sigue cerrada y en situación de pandemia en ambos países".