La competencia desleal de importaciones de pollo evita la generación de alrededor de cien mil empleos directos, la producción de 250 millones de aves y una inversión de 13 mil 362 millones de pesos, señaló la Unión Nacional de Avicultores (UNA). Esas compras impiden la autosuficiencia alimentaria en este sector y se requiere que converjan las políticas de fomento productivo y de administración de comercio internacional, consideró.
Arturo Calderón, presidente ejecutivo de la UNA, en entrevista aseveró que la industria avícola ha tenido un nivel de competitividad y crecimiento sostenido en los últimos años, los productores casi han duplicado la producción de pollo y huevo. Esto a pesar de condiciones adversas como la competencia desleal por precios dumping o la apertura de cupos, con países con los que México no tiene tratados de libre comercio, que han impactado de manera importante el desempeño de la industria y contienen en casi 14 por ciento la producción nacional.
“El dumping y los cupos, nos hacen mucho daño. Lo demostramos en 2012 y en la revisión del 2018 donde se ratificaron las cuotas compensatorias de hasta 130 por ciento a piernas y muslos de Estados Unidos, a las cuales la Secretaría de Economía determinó no cobrar”. A esto se suman las importaciones de Brasil, las cuales le comen participación del mercado a los productores nacionales, indicó. En total, durante 2020 se importaron alrededor de 952 mil toneladas de pollo, mientras en 2019 fueron casi un millón.
Las piernas y muslos de Estados Unidos llegan a un 30 por ciento del valor del mercado mexicano. El mayor efecto es que se contiene el efecto de inversión del sector avícola nacional. Explicó que actualmente de cada 10 kilogramos de proteína animal en el mercado, seis son avícolas, y el país es el cuarto productor de huevo y el sexto de pollo en el mundo. El sector genera alrededor de 1.2 millones de empleos directos e indirectos
Destaca que el primer semestre de 2020 fue terrible, desde que se mantienen registros estadísticos de la avicultura de hace más de 30 años, cayó en 30 por ciento la comercialización por el cierre de restaurantes, cafeterías, hotelería y banquetes. Para el segundo semestre mejoró, se esperaba crecer por arriba de 3.5 por ciento, se creció entre 1.5 y 2 por ciento.
En el mercado de huevo, cuando se decretó el confinamiento, se generó una escasez de huevo, los compradores entraron en cierto pánico, cuando se vio que no había problema de abasto, las cadenas de suministros se normalizaron y el mercado se mantuvo estable, indicó.