Ciudad de México. El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) pasó de 3.8 a 4 por ciento su estimado de crecimiento para 2021 debido a un mayor impulso por los apoyos fiscales de Estados Unidos; no obstante, advirtió que será un año perdido debido a que se regresará a los niveles previos a la pandemia hasta 2024.
Al presentar su reporte mensual, Ángel García-Lascuráin, presidente nacional del instituto, indicó que el nuevo estimado de crecimiento es debido a factor externo, porque al interior no se han dado condiciones para pensar en una mayor inversión o consumo e incluso hay un atraso en la vacunación contra el Covid-19.
Para el presidente del IMEF el principal motor de México seguirá siendo el externo, debido a los programas de apoyos implementados en Estados Unidos y a su acelerado avance en la vacunación, lo que beneficiará a las cadenas comerciales: “Las palancas más relevantes son las externas, no vemos condiciones en México para crecimiento de más allá de 4 por ciento”.
Señaló que un escenario base, el consenso de analistas esperan que el nivel de actividad económica regrese al nivel antes de la crisis dentro de 15 trimestres, es decir, hasta el primer trimestre de 2024.
En tanto, en el escenario optimista, la recuperación tardaría nueve trimestres (de la caída del 2T20 hasta el 2T22). Por su parte, el escenario pesimista –aquel que incorpora una recuperación más lenta– anticipa un posible regreso a los niveles previos a la crisis dentro de 19 trimestres, es decir, hasta el primer trimestre de 2025.
García-Lascuráin explicó que los diferentes escenarios están sujetos a los diferentes avances en la contención del contagio de Covid-19 y en el proceso de vacunación.
Regular calificadores, tema político
Para Mario Correa, vicepresidente de estudios económicos del IMEF, la propuesta de regular a las calificadoras presentada la semana pasada no tiene sentido y se trata más de un tema político que económico.
El economista explicó que el trabajo de las calificadoras está enfocado en dar información a grandes inversionistas, los cuales, a final de cuenta, están más allá de las leyes mexicanas.
En tanto, García-Lascuráin coincidió en que se trata sólo de un mensaje político, dado que implementar una regulación sobre las agencias calificadoras es algo “extremadamente complejo”, dado que se dedican a hacer análisis técnicos con las mismas métricas en todo el mundo.