Por segundo año consecutivo, la representación de la Semana Santa en Iztapalapa se realizará a puerta cerrada en el santuario del Señor de la Cuevita, con un máximo de 40 personajes en escena y una disminución de los pasajes bíblicos, debido a la emergencia sanitaria, reiteraron la alcaldesa Clara Brugada y el vicepresidente del comité organizador, Tito Domínguez.
De esta manera, precisó la alcaldesa, no habrá actividades en la calle ni procesión en el cerro de La Estrella, mientras 500 elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana se desplegarán en puntos estratégicos para evitar aglomeraciones y la llegada de comerciantes.
Además, apoyarán en la realización de cortes viales y el desahogo del tránsito por el cierre a la circulación en la calzada Ermita Iztapalapa baja –la alta funcionará en doble sentido– y de 18 calles en los ocho barrios de la demarcación.
El Sábado de Gloria contará también con vigilancia, pero “el problema principal es el día de la crucifixión”, por ello llamó a quienes se caracterizan como nazarenos y hacen recorridos por las calles con una cruz a cuestas, a abstenerse de acudir al centro de Iztapalapa.
Dicho exhorto también fue para los comerciantes en vía pública y a que no se realicen las 10 representaciones en la demarcación, que congregan a más de medio millón de personas, pues la emergencia sanitaria continúa.
Señalaron que se realizan gestiones ante la Secretaría de Cultura federal para que dicha escenificación sea inscrita como parte del patrimonio cultural inmaterial de México, la cual en su edición 178 se realizará del 28 de marzo al 2 de abril.
Habitualmente, este evento congregaba a 2 millones de personas, pero el año pasado fueron 5 millones quienes lo siguieron por distintos medios de comunicación, y se evitó la instalación de comercios, con lo que se dejaron de percibir 250 millones de pesos, dijeron.
El vocero del gobierno de la República, Jesús Ramírez Cuevas, informó que se transmitirá en vivo por los canales 11 y 14 para que se reafirme la voluntad de cuidar la salud de todos y la preservación de las tradiciones.
Representantes de la Secretaría de Cultura federal y del Instituto Nacional de Antropología e Historia señalaron que su inscripción como patrimonio cultural inmaterial de México es largo, pero hay empeño de las instituciones en que sea lo más pronto posible.