Las entidades federativas, a excepción de la Ciudad de México, tienen una elevada dependencia de los recursos que les transfiere la Federación y hacen un insuficiente aprovechamiento de las fuentes de recursos propios, de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
En promedio, los recursos federales representan 84.6 por ciento de los ingresos estatales y en once de ellos, como Jalisco, Michoacán o Chiapas, son más de 90 por ciento.
De acuerdo con los análisis al gasto federalizado hechos por la ASF, junto con una “dependencia sostenida y estructural”, los gobiernos locales tienen, en su gran mayoría, debilidades en sus finanzas que se reflejan en una problemática recurrente y creciente para dar respuesta a las demandas sociales y para atender los requerimientos financieros de su gestión.
En 12 entidades representan más de 90% de sus ingresos
Los estados que más dependen de los recursos federales son los de: Campeche, para el que representan 90.1 por ciento de sus ingresos, Chiapas (95.5 por ciento), Guanajuato (90.9 por ciento), Guerrero (93.6 por ciento), Hidalgo, (91.3 por ciento), Jalisco (90.3 por ciento), Michoacán (94.4 por ciento), Morelos (92.6 por ciento), Puebla (91.6 por ciento), San Luis Potosí (90 por ciento), Tlaxcala (93.9 por ciento) y Zacatecas (90.2 por ciento). En contraparte, las entidades con una menor dependencia son: Ciudad de México, estado de México y Sonora, en las que las transferencias federales significaron 53.3, 68.6 y 68.6 por ciento, en ese orden.
Los elevados valores de este indicador en general han prevalecido para los gobiernos locales, “lo que evidencia la presencia de una dependencia sostenida y estructural de sus ingresos respecto de las transferencias federales, factor que ha tenido una influencia fundamental en la gestión de gobierno de las entidades federativas, en cuanto que determina sus posibilidades para la atención de sus responsabilidades institucionales”, señala la Auditoría en el informe de la fiscalización de la cuenta pública 2019.
Entre los principales factores que han influido en el problema que presentan las finanzas de las entidades están, apunta la ASF, las limitadas fuentes de ingresos propios y su inadecuado aprovechamiento.
La ASF señala que la mayor fuente de ingresos para los estados es el Impuesto Sobre Nóminas, cuyo importe en 2019 fue de 75.3 mil millones de pesos, sin incluir a la Ciudad de México, y de 100.8 mil millones de pesos si se le incluye. Sin embargo, se estima que el potencial recaudatorio de ese impuesto era de 216 mil millones de pesos ese año, pero los gobiernos locales no los cobraron.
El Impuesto a la Tenencia o Uso de Vehículos es la segunda fuente en importancia para las entidades, pero sólo 14 de ellas lo mantienen en vigor, aunque algunas con subsidios o estímulos hasta de 100 por ciento, 16 lo tienen derogado, una suspendido y una más no lo tiene establecido.