Stuttgart. El partido conservador de la canciller federal alemana, Angela Merkel, debilitado por la crisis sanitaria y un escándalo de corrupción, sufrió ayer una dura derrota en dos elecciones regionales, seis meses antes de las legislativas.
La Unión Cristiana Demócrata (CDU), de Merkel, registró “un desastre” electoral, según el semanario Die Zeit; una “debacle” que muestra que “esto no puede continuar así”, advirtió en tanto Der Spiegel.
En las regiones de Baden-Wurtemberg y Renania-Palatinado, el bando conservador obtuvo los peores resultados de su historia, según las proyecciones a pie de urna de las cadenas ARD y ZDF hacia las 22:30. En Baden-Wurtemberg, la CDU recabó 23.8 por ciento de los votos, con 24.1 por ciento de las papeletas escrutadas, contra 27 por ciento obtenido hace cinco años; mientras en Renania-Palatinado convenció a entre 26.9 y 27.5 por ciento de los votantes, contra 31.8 por ciento de 2016.
Aunque los conservadores no partían como favoritos en esos dos estados regionales, dirigidos respectivamente por los Verdes y los Socialdemócratas, registraron un retroceso notable a medio año de las elecciones legislativas del 26 de septiembre. Alrededor de 11 millones de electores estaban llamados a renovar su Parlamento regional.
En Baden-Wurtemberg, una región próspera y corazón de la industria automovilística, la victoria anunciada de los Verdes debía ofrecer un tercer mandato a Winfried Kretschmann, de 72 años, el único ecologista que gobierna en una región alemana.
La coalición con la CDU, que dirige desde cinco años, suele ser considerada el laboratorio de una posible alianza nacional entre estos dos partidos en las elecciones del 26 de septiembre.
Los Verdes, que obtendrían amplia victoria de alrededor de 32.7 por ciento, según los sondeos, contarán así con un buen margen para negociar una nueva alianza, con la CDU o con los socialdemócratas, o incluso con los liberales en un tripartito.
En la región Renania-Palatinado, vecina de Francia, Bélgica y Luxemburgo, tampoco le fue mejor al partido de la canciller.
Tras haber acariciado la idea de poner fin a tres décadas de dominación socialdemócrata, la CDU quedó muy por detrás de la dirigente saliente, Malu Dreyer, líder del Partido Socialdemócrata (SPD) regional, que habría obtenido 36 por ciento de los votos.
La extrema derecha de Alternativa por Alemania fue el partido que más votos perdió respecto a los anteriores comicios, obteniendo alrededor de 8 o 9 puntos porcentuales.
Merkel, que esperaba dejar el poder en lo alto de su popularidad, ve sus planes frustrados por las dificultades de la CDU y su aliado bávaro CSU.
Los diputados Georg Nüsslein (CSU) y Nikolas Löbel (CDU) tuvieron que abandonar en los últimos días sus respectivos partidos por sospechas de haberse enriquecido gracias a la pandemia, al actuar como intermediarios con fabricantes en la compra de mascarillas.
Las dificultades de conseguir vacunas contra el Covid-19 acentuaron el descontento, con el telón de fondo de un alza de los contagios en los últimos días. Las autoridades sanitarias no esconden su preocupación ante el inicio de una tercera ola.
En este contexto, el gigante automovilístico Volkswagen anunció un plan de supresión de empleos que podría afectar hasta 5 mil puestos de trabajo hasta finales de 2023, en el contexto de su programa de transición hacia la fabricación de autos eléctricos.