Inopinadamente el presidente López Obrador abrió la competencia interna de candidatos de la 4T con miras a la elección del año 2024, al menos en el imaginario de la gente. “¿La transformación no termina con López Obrador?”, le preguntaron en la mañanera. “No. Estoy satisfecho porque ya hay relevo generacional; si el pueblo lo decide y el Creador lo permite, yo estoy hasta 2024 y me jubilo. Ahí sí, a Palenque, pero jubilar es no volver a participar en nada, no opinar. Estoy haciendo ya un trabajo, me estoy preparando psicológicamente para eso, ya tomé la decisión de que para alejarme por completo voy a escribir”, sostuvo. Luego dijo que, aunque se enojen sus adversarios, “la verdad, la verdad, hay relevo de este lado. Ellos tienen problema, nosotros no, es un abanico”. “Nombres, nombres”, le insistieron. “Para qué vamos a hablar si todavía falta”, respondió y soltó una carcajada. La pregunta es quiénes componen el abanico cuando habla de relevo generacional. La lista no es breve: Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Tatiana Clouthier, Rocío Nahle, Julio Scherer, Irma Eréndira Sandoval, inclusive el general Luis Cresencio Sandoval. ¿Hay tapado en la 4T?
Iberdrola
El jefe de la mayor compañía eléctrica de España, en una nada sutil amenaza, espera que México enfrente un aluvión de demandas por su polémica nueva ley eléctrica, que prioriza a la empresa estatal CFE por encima de los proyectos renovables de propiedad privada. Si los abogados de Iberdrola ven “que la ley afecta a nuestro negocio existente, estoy seguro de que intentaremos defender el interés de nuestros accionistas como lo hacemos en todos los países”, dijo en una entrevista con Bloomberg el consejero delegado José Ignacio Sánchez Galán. “Me imagino que todo el mundo va a hacer algo similar”. Iberdrola dice que ha invertido casi 12 mil millones de dólares en proyectos energéticos en México y se convirtió el año pasado en el primer desarrollador de energía renovable en detener nuevas inversiones en el país. La relación de la compañía con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se agrió en los últimos años, ya que se convirtió en el principal objetivo de su impulso para eliminar la influencia de las empresas energéticas extranjeras, dice Bloomberg. “El líder populista ha lanzado duros ataques verbales contra el gigante energético español, acusándolo de montar una campaña mediática en su contra y de participar en actos de corrupción no especificados”, agrega. “AMLO, como es más conocido el Presidente, llegó al poder a finales de 2018 y prometió restaurar a su antigua gloria a las empresas energéticas estatales Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos. Se comprometió a revertir las reformas liberalizadoras de su predecesor, a las que ha culpado de saquear los vastos recursos naturales del país”. Efectivamente, ya comenzaron las demandas de amparo de empresas que se dicen afectadas y han hecho su aparición en el escenario jueces presuntamente corruptos que se los concedieron. La aplicación de la nueva ley de electricidad está suspendida, el presidente López Obrador llamó a revisar la actuación de los jueces y el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldívar, salió en defensa de sus muchachos. En fin, México tendrá que defender y reconquistar en tribunales de nuevo su electricidad, un presidente, Adolfo López Mateos, ya la había nacionalizado, pero el prianismo volvió a entregarla al sector privado extranjero y nacional.
Reforma fiscal
Por caminos distintos el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, y la agrupación privada México Evalúa llegan a la conclusión de que nuestro país necesita otra reforma fiscal. (¿Cuántas van?). Herrera habla de un cambio en la estructura tributaria del país, solo que sería hasta después de las elecciones de junio. México Evalúa coincide en que es necesaria la reforma, argumenta la insuficiencia de los recursos, la caída del gasto y la inversión, aunque reconoce que aumentó ligeramente la tributación en 2020. Por otro lado, el presidente López Obrador no ha modificado su posición desde la campaña: no crear nuevos impuestos ni aumentar los actuales, excepto en la proporción de la inflación. Vamos a suponer que la dureza de la crisis económica provocada por la pandemia lo hiciera modificar su posición –cosa muy difícil, ya saben cómo es–, ¿cuál sería el cambio? Desde luego no sería admisible cobrar IVA a alimentos y medicinas, una bandera del prianismo. Sin embargo, hay un gravamen que podría tener una gran aceptación ciudadana: el impuesto a los millonarios, a las grandes fortunas. En estos días lo discute el Senado del país mas capitalista del mundo, Estados Unidos, por iniciativa de la senadora Elizabeth Warren.
Twiteratti
Mi papá ya fue vacunado en Veracruz y me encanta saberlo, contentote. Fin del comunicado.
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