Ciudad de México. Todo empezó hace un año, con el inicio anticipado de las vacaciones escolares de Semana Santa, dispuesto por las autoridades mexicanas para tratar de contener la propagación de un nuevo virus que en ese momento tenía paralizada a Europa y parte de Asia. Fue el inicio de la mayor crisis que ha vivido el país en nueve décadas y que, según instancias públicas y privadas, comienza a ser superada.
El esbozo de lo que iba a ser un breve confinamiento se publicó el 15 de marzo del año pasado. En el Diario Oficial de la Federación las autoridades anunciaron que las clases se suspenderían del 20 de marzo al 20 de abril porque “ante los niveles alarmantes tanto de propagación y gravedad, como de inacción, el 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el Covid-19 pasa de ser una epidemia a una pandemia”.
Ha pasado un año de esa publicación y lo que en un inicio se pensó sería el cierre de un mes para los centros educativos –dispuesto por la Secretaría de Educación Pública– se trasladó a otras actividades. Se suspendieron industrias, comercios, centros de entretenimiento. La economía mexicana colapsó 8.5 por ciento en 2020, como nunca en 88 años, y con base en esa caída es que ahora se proyectan números de cuánto llevará la recuperación.
Organismos internacionales, calificadoras de riesgo y el Banco de México, entre otros, han elevado las expectativas de crecimiento para el país en 2021. Previamente, se anticipaba una de las tasas de recuperación más lentas en el mundo debido a la falta de un estímulo fiscal más amplio para trabajadores y empresas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) llegó a estimar que luego de caer 10.5 por ciento en 2020, la economía mexicana rebotaría 3.3 por ciento en 2021, menos de un tercio de la caída.
Mejoran los pronósticos de todos los analistas
Este escenario ha cambiado. Tras una contracción de 8.5 por ciento el año pasado, algunos estimados apuntan a un crecimiento de hasta 5.5 por ciento en 2021 (Moody’s). Primero, porque hay una vacuna, varias vacunas. Éstas han sido acaparadas por los países ricos y las farmacéuticas las suministran de manera selectiva. Pese a ello, en marzo de 2020 no había certezas de que se pudiera desarrollar el fármaco en tan poco tiempo.
Además del contexto sanitario, la perspectiva para México en 2021 ha mejorado por dos razones, explicó Iván Arias Gallegos, director de estudios económicos de Citibanamex. El segundo semestre del año pasado “fue mejor a lo esperado (…) un poco más dinámico” y el estímulo en Estados Unidos salpicará a México, “impulsará nuestras exportaciones y eso ayudará a las remesas”, detalló.
Víctor Gómez Ayala, subdirector de Análisis Económico en Finamex Casa de Bolsa, también consideró que tanto el estímulo fiscal de 1.9 billones de dólares en Estados Unidos, como la “manera clara” en que avanza el proceso de vacunación en ese país “marca la diferencia con los meses previos”. Mejoraron las perspectivas de crecimiento para esa economía, que es el principal consumidor de las exportaciones mexicanas.
Si bien la economía mundial se recupera, datos entre países y sectores ya advierten que de la crisis se sale con más brechas. Para las actividades en México, los analistas consultados prevén que la recuperación más lenta será en las actividades expuestas al contacto físico, tanto con los clientes como entre los empleados. Hoteles, transporte aéreo, restaurantes y entretenimiento, por mencionar algunos.
Arias Gallegos y Gómez Ayala explicaron que esos sectores tienen una probabilidad más baja de recuperarse tanto en ritmo como en nivel porque es necesario que la vacunación progrese de manera clara; pero, aún con el avance pasará un tiempo para que las personas participen en la economía de la misma manera que antes de la pandemia, ya que puede persistir el temor al contagio y a que los ingresos familiares están desgastados.
Con un mercado interno atado por esos factores, se prevé que las actividades vinculadas con el sector externo, y en concreto el mercado estadunidense, se recuperen. Por ejemplo, ya se han visto avances en las manufacturas, también crecen aquellas que tienen menos riesgos asociados con la pandemia, como el sector agropecuario y la radiodifusión en medios masivos.
En este contexto se ha dado una serie de mejores pronósticos de crecimiento para 2021. El FMI considera que México crecerá 4.3 por ciento este año, 0.8 por ciento más de lo considerado previamente. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos prevé una expansión de 4.5 por ciento, 0.9 por ciento más alta que en la revisión anterior. El Banco de México también la subió de 3.3 a 4.8 por ciento; y Hacienda ya anunció que incrementará su estima también a cerca de 5 por ciento.
Hay que recuperar la capacidad productiva
En todos los casos se reconoce que el sector exportador será el que dirija una recuperación en el país. Si bien estas previsiones duplican las tasas a las que ha crecido la economía en las pasadas tres décadas, es un rebote que sólo abona a recuperar las condiciones económicas anteriores a la pandemia. Ese número cercano a 5 por ciento parte de que –en medio del confinamiento de un año– han cerrado negocios, se han perdido empleos y escasean los ahorros de las familias que no han regresado a trabajar.
La crisis de Covid-19 tuvo dos efectos: la destrucción de una parte importante de la capacidad productiva de la economía, tanto por el cierre de negocios como de algunas plantas en la industria, pero también la pérdida de muchos empleos, sobre todo en el sector formal, explicó Gómez Ayala. Tan sólo en los últimos 12 meses se han perdido 800 mil trabajos registrados en la seguridad social, esto exhibe que “la parte más productiva o con mayor productividad en la economía está enfrentando un proceso de recuperación mucho más lento”.
Algunos de los empleos que se están recuperando son a tiempo parcial y, por tanto, reciben un pago menor, además las familias no tienen el mismo ingreso que antes de la pandemia para gastar, explicó Arias Gallegos.
Para que la economía logre llegar a los niveles que tenía antes de la pandemia se debe recuperar la capacidad productiva; es decir, los negocios que tuvieron que cerrar y los empleos formales que se perdieron, explicó Gómez Ayala.
“Para lograr eso, sin duda la reapertura no es suficiente. Va a tomar más tiempo recuperarse y no depende del efecto inercial que estamos viendo por ahora con el crecimiento de Estados Unidos”, detalló.
Citibanamex prevé que regresar a la economía que se tenía al cierre de 2019, tomará al menos hasta 2023, es decir que se requieren poco más de tres años para recuperar negocios, trabajadores y producción que la crisis de Covid-19 desapareció.