Al ex futbolista paraguayo José Saturnino Cardozo no le molestan ni le preocupan las comparaciones con el delantero francés de Tigres André-Pierre Gignac, pues sabe que “el tiempo pone a cada uno en su lugar”.
Orgulloso de sus múltiples logros en el balompié nacional, donde marcó con el Toluca 258 goles en total para convertirse hasta ahora en el máximo anotador del equipo, con el cual se coronó cuatro veces, el guaraní opinó que al atacante felino aún “le falta” para ser considerado como uno de los mejores jugadores extranjeros en México.
“Gignac pasa por un gran momento, pero le falta un poco más para estar con (Carlos) Hermosillo y demás. Es un futbolista maravilloso que me gusta mucho, hay que esperar, el tiempo pone a cada uno en su lugar, lo admiro mucho porque se ve en su rostro que no le gusta perder, es un ganador, un líder y a esos jugadores hay que aplaudirlos”, señaló ayer durante la presentación virtual de su libro Cardozo, príncipe del gol, escrito por el periodista Guillermo Garduño.
El también ex seleccionado paraguayo reveló que la clave de su exitosa carrera fue su “fortaleza mental” y sus “ganas de trascender”, pues reconoció que en algunos momentos pensó en retirarse, como cuando sufrió una lesión en la rodilla al poco tiempo de llegar al Toluca, en 1995, y la cual lo alejó dos años de las canchas.
Entre lágrimas, el ex atacante, quien militó 10 años con los Diablos Rojos, confesó que uno de sus momentos más difíciles como jugador fue no asistir con Paraguay al que sería su tercer Mundial, el de Alemania 2006, también por una lesión ocurrida sólo ocho días antes de la justa.
“No sabes lo que me dolió quedar fuera. Me lesioné contra Dinamarca cuando faltaban pocos días. Fue duro porque fui el goleador en la eliminatoria, quería retirarme de mi selección en el Mundial, pero ahí la honestidad fue muy importante, pues sabía que no podía jugar y tuve que ceder mi lugar”, recordó.