Ciudad de México. A la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) le “preocupan” las modificaciones en la Constitución y leyes secundarias, que abren las puertas “a la ampliación de la práctica del aborto y a la restricción del derecho a la libertad de religión, de conciencia y de expresión” y al “consumo lúdico de mariguana”.
Pero también que puedan “limitar peligrosamente el ejercicio de la patria potestad” y que posibiliten las “intervenciones biotecnológicas en el ámbito reproductivo”, todo ello como parte de “agendas ideológicas”.
Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey presidente de la CEM y Alfonso Miranda Guardiola, obispo auxiliar de Monterrey secretario general de la CEM, sostuvieron que esas reformas “exigen una discusión social pausada y responsable”.
“Exhortamos de la manera más firme y atenta a todos los actores sociales y políticos a que reconsideren sus prioridades. A nadie conviene tener en estos momentos a un México dividido y fracturado por temas que exigen un debate social ordenado, paciente, respetuoso y bien fundamentado. En momentos como los actuales es preciso, trabajar por la fraternidad, la amistad social y la unidad nacional”.
Consideraron que ahora exiten otras prioridades, pues se está enfrentando “una situación crítica: la enfermedad y muerte a causa de la pandemia por COVID 19 y el escaso índice de vacunación; la crisis económica que ha detonado desempleo, mayor pobreza y marginación social; el flagelo del crimen organizado que diariamente cobra vidas y dinamita el crecimiento de las regiones; así como el rezago educativo que enfrentan las niñas, niños y jóvenes”.
Sostuvieron que ese panorama “con múltiples frentes, nos obliga a unirnos como país para caminar juntos en la construcción del bien común, así como priorizar los esfuerzos y concentrarnos en lo esencial”.
Por esta razón, “los obispos mexicanos deseamos enviar un mensaje a toda la sociedad, a las instancias de los tres poderes de la Unión, a las instituciones políticas, empresariales, educativas, religiosas y sociales que dan vida a nuestro país, a todos los actores que desde distintas trincheras están preocupados por el presente y el futuro de México”.
Consideraron que se están “impulsando agendas ideológicas que deberían exigir una discusión social pausada y responsable, así como una fundamentación mucho más sólida, basada en la inalienable dignidad de toda persona; por el contrario, han ido recibiendo aprobación en el proceso legislativo en el Congreso, sin tener un consenso social amplio y un cimiento técnico riguroso”.
Advirtieron que “no saldremos adelante fracturando a nuestras familias y comunidades sino tendiendo puentes solidarios y fraternos de reconciliación. El tejido social no se reconstruye alimentando espirales de tensión y de presión, sino con compromiso firme a favor de lo esencial, de las verdaderas prioridades de una nación que se desangra”.
La CEM encabeza foro laboral
En otro aspecto la CEM, informó que se realiza el Segundo Encuentro del Mundo del Trabajo: Por una vida digna para todos.
En el encuentro se “busca activar agendas sectoriales e intersectoriales que permitan la colaboración y generación de sinergias para eliminar la miseria y reducir las pobrezas, activando agendas sectoriales e intersectoriales que permitan el acceso a una vida digna a todas las familias mexicanas”.
Remarcó que es necesario “visibilizar a la pobreza como un fenómeno multidimensional, lo cual requiere de esfuerzos solidarios y subsidiarios desde diferentes frentes y, por ende, activar a los líderes locales que participan en este evento, para que junto con el involucramiento de los pobres se trabaje en equipo facilitando oportunidades para mejorar sus condiciones y les permita convertirse en los protagonistas de su propio destino”.
La reunión es realizada por la Confederación de las Uniones Sociales de Empresarios de México (USEM) y la CEM, a través de su Dimensión Pastoral del Trabajo, en colaboración con instituciones del sector empresarial.
“En el contexto de un cambio de época a nivel mundial y, ante la realidad socioeconómica nuestro país, la USEM y la CEM se han dado a la tarea de construir puentes y espacios de encuentro para el diálogo y la reflexión profunda, entre actores clave del mundo del trabajo en México, con la finalidad de impulsar una mayor participación corresponsable en la construcción de una nación más justa, próspera y humana, que permita eliminar la miseria y reducir la pobreza, poniendo en el centro de toda la actividad económica y social a la persona humana y su realidad concreta, a la luz de una visión más trascedente.”
En el encuentro se “busca activar agendas sectoriales e intersectoriales que permitan la colaboración y generación de sinergias para eliminar la miseria y reducir las pobrezas, activando agendas sectoriales e intersectoriales que permitan el acceso a una vida digna a todas las familias mexicanas”.
Los trabajos de este encuentro pretenden lograr resultados que puedan vislumbrarse en dos realidades concretas: “empresas sin pobreza y comunidades sin pobreza”.
La primera de ellas corresponde fundamentalmente al sector empresarial, “dinamizando el compromiso de las empresas con su necesaria dimensión social”.
La segunda, “tiene como factor clave la colaboración intersectorial local. Estamos ciertos que nadie sólo puede más que todos juntos. Por ello se requiere de la acción conjunta de los genuinos liderazgos locales de todos los sectores convocados”.