La cuenca del río Tula y el Valle de Mezquital, en los estados de Hidalgo y de México, y la cuenca del río Coatzacoalcos, en Veracruz, son las más contaminadas de toda la nación; la primera, convertida históricamente en el vertedero de aguas negras de la zona metropolitana del valle de México,y la otra, por concentrar en la zona la actividad de transformación de la industria petrolera y petroquímica más importante del país y más grande de América Latina.
En el webinario Procesos tóxicos y agentes contaminantes y agua, organizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), académicos e investigadores, y activistas socioambientales, detallaron el elevado grado de contaminación que existen en ambas cuencas, y su relación directa con las enfermedades y causas de muerte de los pobladores, encontrándose hasta 33 diferentes tipos de cáncer.
Ambas cuencas están consideradas como regiones de emergencia ambiental, y en cuyas zonas geográficas de influencia hay una fuerte contaminación de agua, suelo y aire, y en el caso de Coatzacoalcos, también auditiva.
Refugio Choreño, de la Fundación para el Desarrollo Integral Apaztle, y Brisa Carrasco Gallegos, académica de la Facultad de Geográfica de la Universidad Autónoma del Estado de México, presentaron la “grave situación” que enfrenta la cuenca del río Tula y Valle de Mezquital, región donde también están asentadas diversas industrias contaminantes, como la de cemento y cal, petroquímica, refinería y minería a cielo abierto.
“Esta cuenca es la cloaca más grande del país por la cantidad de aguas residuales e industriales, que recibe”, dijo Choreño; desde hace décadas se ha comprobado con evidencias de laboratorio que toda el agua de la cuenca presenta elementos extremadamente dañinos para la salud humana, desde patógenos hasta metales pesados como, plomo, cadmio y cobre, entre otros.
Andrés Barreda Marín, coordinador del Programa Nacional Estratégicos del Conacyt, y Lorenzo Bozada, académico y especialista en temas del agua, señalaron que en el caso de la cuenca del río Coatzacoalcos la contaminación, ya grave en el siglo pasado, desde 2000 “se ha tornado desmedida y no hay palabras para describirla.
Lorenzo Bozada señaló que desde hace tiempo ya existen pruebas científicas de que existen metales pesados en el tejido de peces comestibles de la región, además en análisis de cabello humano también han dado positivo para dichos metales.