Londres. El príncipe Guillermo señaló ayer que la familia real no es “racista”, al pronunciarse por primera vez sobre las acusaciones de discriminación emitidas por su hermano Enrique y su esposa, la actriz estadunidense Meghan Markle, cuya madre es negra, en una entrevista con Oprah Winfrey, que sacudió a la prensa sensacionalista británica, provocando renovados ataques contra los duques de Sussex y dimisiones.
Guillermo hizo el comentario en respuesta a preguntas que le gritaron periodistas durante una visita a una escuela en el este de Londres. Aunque los miembros de la familia real suelen ignorar esta clase de interrogaciones, Guillermo respondió al lado de su esposa Catalina: “No somos en absoluto una familia racista”.
Enrique y Meghan alegaron que la duquesa fue víctima de racismo y recibió trato insensible durante el tiempo que fue miembro activa de la familia real. Ella refirió que dentro de ésta hubo “preocupación” por el color de piel que tendría su bebé, Archie, y agregó que éste no recibiría el título de príncipe, por lo que no tendría protección de guardaespaldas.
Relató que la presión fue tanta que tuvo pensamientos suicidas y no recibió apoyo de la familia real al sentirse acosada por la prensa. Su esposo, Enrique, afirmó que la decisión de distanciarse de la monarquía fue para proteger a su familia y porque no quería que se repitiera la historia, al aludir a la trágica muerte de su madre, Diana, en agosto de 1997.
Enrique, de 36 años, y Meghan, de 39, renunciaron a sus deberes reales el año pasado y se mudaron a California.
El director de la Sociedad de Editores, Ian Murray, aseguró que la prensa británica no es sectaria ni racista, y es “inaceptable que el duque y la duquesa hagan estas acusaciones sin proporcionar ninguna prueba”. Más de 250 periodistas respondieron, sin embargo, calificando de “ridícula” su afirmación, y Murray dimitió el miércoles.
El polémico presentador de televisión Piers Morgan, feroz crítico de Meghan, salió furioso del set de su programa matutino en el canal privado ITV, tras acusarla de mentir y luego de que uno de sus colegas, Alex Clash, le señaló que ha dejado claro su desagrado por la ex actriz desde antes de que los duques de Sussex se distanciaran de la monarquía.
En las columnas de los diarios sensacionalistas no hubo muestras de arrepentimiento. The Daily Mail, Sun y Daily Express arremetieron contra Enrique y Meghan con acusaciones de codicia, hipocresía y de ser desleales a la reina Isabel II.
En Australia, país miembro de la Commonwealth, el ex primer ministro Malcolm Turnbull aseveró que estas acusaciones deberían allanar el camino para celebrar otro referendo sobre el fin de la monarquía en ese país, donde Isabel II es aún jefa de Estado.
El diario The Independent señaló que la reina es jefe de Estado de 15 países, muchos de los cuales tienen población de color y donde puede surgir un debate similar.