La Universidad de Duke transmitió en su página de Facebook un recital de carillón en la capilla escolar en honor a Samuel Hammond, con motivo de su muerte a los 73 años. El deceso ocurrió el 25 de febrero pasado. También dio a conocer un video del archivo universitario donde se muestra al músico tocar las campanas cuando se jubiló, momento en el que también se le rindió un homenaje.
Se interpretaron sus melodías favoritas: The Church’s One Foundation y O God Beyond All Praising, así como varias selecciones de Johann Sebastian Bach y Ronald Barnes, músico distinguido y compositor de carillón que era su amigo, informó la Universidad de Duke en un comunicado.
La academia lo rememoró por su dedicación de más de cinco décadas tocando en la torre, al finalizar las jornadas académicas. Cada actuación de 15 minutos entre semana, Hammond daba cinco golpes a la campana más grande para marcar las cinco en punto. Después, solía pasar a los himnos y otras interpretaciones, como los temas de las películas de Star Trek o La guerra de las galaxias.
“El carillón marca el ritmo de nuestros días en Duke; es una experiencia compartida que se extiende a través del tiempo. Sam llevó esa tradición durante décadas, fielmente y sin pretensiones”, afirmó Luke A. Powery, decano de la capilla de Duke en 2018, año en que Hammond se retiró.
El carillonneur solía tocar canciones para celebrar ocasiones especiales, como el himno francés La Marsellesa. Cuando el equipo de baloncesto jugaba contra el de la Universidad de Carolina del Norte, tocaba la canción de lucha de Duke.
Las campanas de la capilla gótica se tocan golpeando las teclas de madera con la mano y presionando los pedales, de forma similar a un piano. El teclado y pedales controlan los cables que hacen que los martillos golpeen las campanas, cuyo tamaño oscila entre 4.5 kilogramos y más de cinco toneladas.
En el video que publicó la Universidad de Duke, Hammond hace una demostración en la cabina, desplazándose hacia delante y abajo para accionar la campana más grande (la que indicaba que eran las cinco). Al inicio de la siguiente melodía, se inclina y, con movimientos sutiles y fluidos, emplea el lateral de la mano para golpear las finas teclas de madera que controlan las campanas más pequeñas. El resultado es una boyante melodía que emana de la torre de 64 metros de la torre.
El músico era reconocido entre los estudiantes y egresados –describe el comunicado–, ya que fue organista en iglesias metodistas, episcopales y católicas, así como acompañante de las orquestas juveniles de la Escuela de Cuerda de la Universidad de Duke, la Triangle Jewish Chorale, los Durham Savoyards, la Longleaf Opera Company y otros grupos. Disfrutaba tocar el piano con jóvenes intérpretes solistas de voz, violín o violonchelo.
En el homenaje por su retiro, el consejo administrativo decidió nombrar al carillón de 50 campanas con su nombre, por “aportar alegría y significado a la comunidad de Duke, mediante su profundo conocimiento del oficio, creando un inconfundible sonido del repique de las campanas en todo el campus oeste”.
De acuerdo con la remembranza de la Universidad, Hammond llegó desde 1964 como estudiante de primer año desde Americus, Georgia, y casi inmediatamente se aficionó a tocar el carillón al observar a un compañero.
Se graduó en Duke con licenciatura en historia en 1968, año que lo ascendieron a carillonneur, hasta 1986, cuando fue nombrado carillonero de la universidad, fue la segunda persona en ocupar ese puesto.
Hammond trabajó 41 años de bibliotecario en la Sala de Libros Raros y en otros departamentos, por lo que al retirarse, la biblioteca, en su honor, adquirió la primera edición del libro ilustrado de 1612 De campanis commentarius (Un comentario sobre las campanas).
(Con información de Ap)