Brasilia. El cantante y compositor Gilberto Gil, de 78 años, una de las grandes figuras vivas de la música brasileña, recibió este viernes la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus CoronaVac, para vivir "confiando en el futuro".

"Primera dosis de la Coronavac aplicada por los atentos profesionales del 5° centro de salud Clementino Fraga, aquí en Salvador", escribió el equipo de comunicación del cantante en sus redes sociales, junto a un breve video en el que se ve a Gil con mascarilla y recibiendo de pie la primera dosis de la vacuna china.

"Queremos vivir, confiando en el futuro", se lee junto al video, que en Instagram tiene de fondo la canción "Andar con fé", uno de los grandes hits del músico originario de Salvador, capital del estado de Bahía (nordeste).

"Hasta que todos estén a salvo, es esencial que permanezcamos con un sentido de responsabilidad colectiva, usando máscaras y gel de alcohol y evitando las aglomeraciones", agrega el mensaje, seguido de los hastag #DefiendaElSUS y #VivaElSUS, en referencia al Sistema Unico de Salud de Brasil.

Gil recibió la primera dosis del inmunizante pocos días después de que sus colegas Caetano Veloso (78 años) y Chico Buarque (76) se inocularan en Rio de Janeiro.

"Siempre creo que vacunarse es lo correcto. En tres meses tomo la segunda dosis" de la vacuna británica AstraZeneca/Oxford, escribió Caetano Veloso el 4 de marzo en sus redes sociales junto al video de la vacunación.

"Genial, no es doloroso", se le escucha decir al autor de discos como Fina Estampa (1995) o Transa (1972).

Desde que inició la vacunación hace casi 2 meses, otras figuras importantes de la música brasilera han sido inmunizadas, entre ellas la cantante Elza Soares (90), las sambistas Nana Caymmi y Tia Surica (ambas de 80), el compositor el compositor Nelson Sargento (96) y Paulinho da Viola (79).

Con más de 275 mil víctimas y 11.3 millones de contagios, Brasil atraviesa el peor momento de la pandemia, con alza de óbitos y casos, una campaña de vacunación lenta y un sistema sanitario al borde del colapso, que tiene más de la mitad de los 27 estados con más del 80% de ocupación de camas en sus unidades de terapia intensiva.