Ciudad de México. Con la pandemia han incrementado los delitos de trata de personas en América Latina orquestados a través de plataformas digitales, se ha creado una estructura donde se usa la red oscura, criptomonedas y la encriptación para maquinar estos delitos, informó Jessica Lucía Bedoya, jefa de Gabinete y Asesora Ejecutiva de la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
De acuerdo con los datos presentados por Nathalie Alvarado, coordinadora del clúster de Seguridad Ciudadana y Justicia del BID, 65 por ciento de las víctimas identificadas son niñas y mujeres; también 48 por ciento de las personas que son explotadas son menores de edad.
Los principales fines de la trata son la explotación sexual, seguida del trabajo forzoso. Más allá de cómo se estructura la trata de personas con el uso de las tecnologías, en todos los ámbitos una de las poblaciones más susceptibles son los migrantes, detalló Lucía Bedoya, en el marco del Segundo Diálogo Técnico de Trata de Personas: riesgos y oportunidades del mundo digital y el fenómeno de migración.
Alvarado expuso que la trata como núcleo de varios delitos es complejo y requiere de una revisión interinstitucional, no sólo en el mismo país, también de manera transfronteriza y que permita el intercambio de información y colaboración para la proteger a las víctimas y repatriarles a sus lugares de origen. Agregó que también se requiere del sector privado —sobre todo el hotelero— para poder cercar este tipo de ilícito.
Elizabeth Melchor, responsable del área de Prevención de la Dirección General de Investigación Cibernética y Operaciones Tecnológicas de la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México, detalló que el año pasado se recibieron 28 mil 79 reportes en el canal de atención que tiene la dependencia, de los cuales 5 por ciento fueron incidentes con menores de edad.
Subrayó que en el área que dirige se hacen análisis y alertas preventivas de “incidentes que no necesariamente son trata, pero que pueden llegar a ser”, como el grooming —anglicismo usado para describir el que un adulto se acerque a un menor de edad con fines sexuales— y que con el confinamiento y el mayor tiempo que se pasan los niños y adolescentes en una computadora se han mantenido al alza.