Ciudad de México. Los trabajadores más jóvenes, miembros de las generaciones millennial y Z, han sufrido la peor parte de la pérdida de empleos en la América Latina debido a la pandemia. En México, representan cuatro de cada cinco desempleados, expuso Moody’s. Los estragos en el mercado del trabajo tendrá efectos adversos e implicaciones crediticias en todos los sectores, advirtió.
Agregó que entre los millennials —la generación de personas nacidas entre 1981 y 1994— se han perdido oportunidades para establecer trayectorias profesionales a largo plazo debido a dos recesiones globales durante la última década: la crisis financiera global y ahora Covid-19.
“Este doble golpe aumenta el riesgo de inestabilidad social y potencialmente agravará vulnerabilidades a largo plazo, como la brecha de habilidades. Este retroceso generacional probablemente perjudicará o retrasará la formación de nuevos hogares, el crecimiento de la clase media y la acumulación de activos de pensiones”, manifestó.
Detalló que México ha sido uno de los países más afectados en América Latina. El mercado laboral “se ha deteriorado sustancialmente desde 2019”, dado que la tasa de desempleo extendida —que agrupa a los desempleados y a la población no económicamente activa disponible para trabaja— llegó a niveles sin precedente. Se elevó a un promedio de 30 por ciento en el segundo trimestre de 2020, el doble del nivel de 2009.
Abundó que a medida que disminuyeron las restricciones de distanciamiento físico, la tasa de desempleo extendida de México se redujo a 21 por ciento, pero sigue siendo 1.7 veces más alta que su promedio a largo plazo, “lo que implica un largo camino hacia una recuperación total”, recalcó.
En ese sentido, expuso que también el año pasado la población ocupada en el sector informal aumentó rápidamente, superando a la del sector formal 1.25 veces, no se advierte si esta tendencia retroceda o si se revertirá por completo cuando la actividad económica regrese al menos al ritmo previo a la pandemia.
Por ejemplo, en México los estados con mayor pérdida de empleo son la Ciudad de México, Quintana Roo, Puebla, Guanajuato, México, Jalisco, Veracruz y Nuevo León. Juntos representan el 78 por ciento de los empleos perdidos en 2020, pero solo el 55 por ciento del total de puestos registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social a diciembre de 2020.
Subrayó que en términos crediticios, en México el deterioro del mercado laboral tendrá implicaciones negativas para la recaudación de impuestos estatales y para las participaciones, dado que los impuestos sobre la nómina representan, en promedio, el 70 por ciento de los ingresos de fuente propia de las entidades.
Abundó que “en términos generales, estas “tendencias adversas” en el mercado laboral se están produciendo en las otras economías importantes de América Latina”. El riesgo social es moderadamente negativo en todos los países examinados por la calificadora.
En general el impacto económico en América Latina por Covid-19 tendrá implicaciones duraderas en la expansión del crédito al consumidor, la sostenibilidad de las hipotecas y otras deudas del consumidor, así como la recuperación de los constructores de viviendas y los minoristas de electrodomésticos. A la vez “el desempleo a más largo plazo implica mayores costos de seguridad para las empresas a medida que aumenta la delincuencia”.