Ciudad de México. Luis Niño de Rivera, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), asegura que la banca tiene confianza en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador por una razón: “ha sido muy consistente entre lo que dijo que iba a hacer y lo que está haciendo”.
Plantea que ante algunas decisiones que se han tomado por parte del gobierno es necesario claridad en las reglas y estricto apego a las leyes, a fin de que el panorama sea “muy atractivo” para los inversionistas nacionales y extranjeros. Sin eso, dice, la inversión no se incrementará en México.
Afirma que los 147 proyectos de inversión que fueron presentados entre el gobierno y la iniciativa privada aún son viables y aunque las instituciones bancarias cuentan con 1.4 billones de pesos para dar financiamiento “el problema no es la oferta, es la baja demanda” por parte de los acreditados y los inversionistas.
En entrevista con La Jornada, Niño de Rivera –quien este viernes será relevado en la presidencia de la ABM por Daniel Becker– afirma que los apoyos que se dieron a los usuarios al inicio del confinamiento por la pandemia fueron suficientes y hoy no son necesarios nuevos planes.
–¿Hay confianza en la política que ha tomado el gobierno?
–Sí hay confianza, porque el Presidente ha sido muy consistente entre lo que dijo que iba a hacer y lo que está haciendo.
“En primer lugar, el Presidente dijo que iba a mantener un gasto público austero y ha sido congruente, que no iba a endeudar más al país, que quería una inflación baja y ahí están, quería que el tipo de cambio estuviera fuerte, y estamos en niveles de entre 20 y 21 pesos y eso ha sido consistente. Prometió que iba a respetar la autonomía del Banco de México y así ha sido.
“Tiene que haber más claridad en las reglas para los inversionistas de la iniciativa privada, nacional y extranjera, apego al estado de derecho y una definición precisa entre qué partes de la inversión quiere atender la administración y qué partes quedan para la IP, con eso tendríamos un panorama muy atractivo para los inversionistas nacionales e internacionales.
–¿Cómo describe la relación entre la banca y el gobierno?
–Es una relación muy positiva y propositiva; positiva porque tenemos un diálogo abierto, permanente y que podemos hablar con toda apertura y sinceridad. Hay temas en los que coincidimos y temas en los que no, pero eso es parte del proceso.
“Propositiva porque hay planteamientos permanentemente del gobierno federal y la banca también ha tenido muchas propuestas y siempre ponemos sobre la mesa las ventajas y desventajas.”
–¿Cómo explica desde la banca el motivo por el que está detenida la inversión y qué falta para que fluya?
–La cantidad de inversión fija bruta ha venido disminuyendo, que es planta y equipo, infraestructura, nueva inversión en empresas y aparato productivo.
“Insisto, que haya reglas claras y consistentes, apego al estado de derecho y que tengamos puntualidad en esa definición.”
–¿Cuál fue el motivo por el que la crisis económica no afectó a la banca como en crisis previas?
–Este confinamiento tuvo un impacto severo de abril a junio del año pasado, pero, cuando uno analiza los detalles, no todo el mundo sufrió lo mismo.
“En la banca, de marzo a la fecha hay una demanda sostenida y elevada por crédito hipotecario, crece 9 por ciento mes por mes.
“El crédito a las empresas, sobre todo a las grandes, ha caído muy poco y todo el crédito al sector privado también se ha contraído poco. Esto quiere decir que la banca siempre reaccionó a tiempo y con programas que dieran liquidez a sus clientes.”
–¿Cómo beneficiaron o afectaron los apoyos a los bancos? ¿Serán necesarios nuevos planes?
–Los planes para diferir a seis meses el capital y los intereses se diseñaron no para apoyar a las instituciones, sino para los clientes y tuvimos una respuesta inmediata de 8.6 millones de acreditados que difirieron 1.1 billones de pesos de capital y 96 mil millones de pesos de intereses, pero sabíamos que era un remedio temporal, y desde finales de agosto y principios de septiembre pusimos en marcha las restructuras.
“La importancia surge de que 8.6 millones de personas eran candidatas a ya no pagar y se acumulara cartera vencida, y no fue el caso, restructuramos 1.6 millones de personas a diciembre por 334 mil millones de pesos de capital, es decir, 7.5 millones de personas regresaron a su programa original de pagos, seguimos apoyando a clientes, pero no necesitamos otro proyecto generalizado.
“Esto afectó las utilidades del sector bancario el año pasado, fueron la mitad de las que tuvo la banca en 2019, pero era más importante ayudar a los clientes, dar liquidez a la economía y tratar de salir adelante todos juntos que tratar de cuidar las utilidades y dejar a todo mundo metido en problemas, porque eso se revierte tarde o temprano.”
–¿Qué balance hace de su gestión al frente de la Asociación de Bancos de México?
–Varios temas se trataron en 2019; ofrecimos al país y a los clientes que íbamos a trabajar detalladamente en tasas y comisiones y hemos bajado 21 por ciento el número de comisiones, había poco más de 28 mil y ahora estamos cerca de 21 mil y vamos rumbo a 2 mil comisiones.
“Avanzamos en la oferta digital, teníamos 17 millones e clientes con una aplicación en teléfono inteligente, hoy tenemos 30 millones, pero con 40 millones de contratos y vamos rumbo a 55 millones de clientes. Las tasas de interés igual, hemos tenido una reducción muy acentuada de tasas en 24 meses.
“Hablamos también de inclusión financiera, que la banca no cubría suficientes municipios en el país, tenemos 2 mil 467 municipios y estábamos en poco más de mil 900, hoy estamos cerca de 2 mil 150 y vamos a cubrir 99.7 por ciento a mediados de 2023.
“Desafortunadamente se nos está rezagando el tema de medios de pago electrónicos, el CoDi en particular que ya opera, tenemos casi 7 millones de personas, pero la pandemia detuvo el avance con los comercios. Tenemos que acelerar para que un sistema de pagos digital y gratuito se haga más general y accesible.”