Ginebra. El alemán Thomas Bach fue relegido ayer como presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) para un último mandato de cuatro años, en el que la misión apremiante de los próximos meses será sacar adelante los aplazados Juegos Olímpicos de Tokio.
El bávaro de 67 años necesitó dos rondas de escrutinio en 2013 para ganarse la sucesión del belga Jacques Rogge para un mandato de ocho años, ante cinco rivales. En esta ocasión, en la sesión 137 del COI, realizada a distancia, no tuvo ningún oponente al que enfrentarse; fue el único candidato y obtuvo con total tranquilidad, según lo esperado, un segundo mandato que lo llevará hasta 2025.
“Muchas gracias desde el fondo de mi corazón por este abrumador voto de confianza y fe”, dijo Bach durante la reunión virtual de los miembros del COI, originalmente programada para efectuarse en junio en Atenas.
Bach subrayó que Tokio es “la ciudad olímpica mejor preparada de la historia” y reiteró que los Juegos serán inaugurados el 23 de julio pese a las restricciones que persisten por la pandemia de Covid-19.
Toda la incertidumbre del último año retrata perfectamente la gestión de Bach: caos para los organizadores de los Juegos y estabilidad financiera para el COI en Suiza.
Presidió su primera justa olímpica en Sochi 2014, la cual fue salpicada por una vasta trama de dopaje urdida por el gobierno de Rusia. Fue un “ataque sin precedentes de la integridad de los Juegos Olímpicos”, dijo Bach, quien como atleta, esgrimista, obtuvo la medalla de oro en la prueba florete por equipos en Montreal 1976.
El hombre que gobierna el deporte mundial desde Lausana, Suiza, puede presentar un balance sólido, marcado por un importante aumento de los ingresos por patrocinios internacionales, que confía en seguir elevando, y por una reforma en el proceso de atribución de los Juegos Olímpicos.
La pandemia lo convirtió en un gestor de crisis. El foco estuvo sobre todo dirigido a él en 2020, cuando se vio forzado a aplazar un año la justa de Tokio, ahora programada del 23 de julio al 8 de agosto de este 2021, a pesar de que la incertidumbre mundial sigue dominando.
Con él, el COI debe seguir avanzando a una nueva era en el mundo postpandemia, en un momento de la historia especialmente convulso.