Madrid. Palentólogos recuperaron en el sur de China restos del primer especimen de dinosaurio del mundo que ha sido hallado sentado en un nido de huevos con crías fosilizadas.
Es el fósil de un ovirraptorsaurio, grupo de dinosaurios terópodos parecidos a aves que prosperaron durante el Cretácico, el tercer y último periodo de la Era Mesozoica (Edad de los Dinosaurios) que se extendió desde 145 a hace 66 millones de años.
Fue recuperado de rocas del Cretácico superior, de unos 70 millones de años, en la ciudad de Ganzhou, en la provincia de Jiangxi.
“Los dinosaurios conservados en sus nidos son raros, al igual que los embriones fósiles. Es la primera vez que se encuentra un dinosaurio no aviar, sentado en un nido de huevos que preservan embriones, en un único espécimen espectacular”, explicó Shundong Bi, de la Universidad de Yunnan y principal autor, citado por Science China Press.
El fósil, descrito en Science Bulletin, consiste en el esqueleto incompleto de un ovirraptor grande, presumiblemente adulto, agachado en una postura de incubación de pájaro sobre una nidada de unos 24 huevos. Al menos siete conservan huesos o esqueletos parciales de embriones ovirraptóridos sin eclosionar en su interior.
El más raro de los hallazgos
La etapa tardía del desarrollo de los embriones y la proximidad del adulto a ellos sugiere fuertemente que este último murió en el acto de incubar el nido, como sus primos pájaros modernos, en lugar de poner los huevos o simplemente proteger su nido de estilo cocodrilo, como a veces se ha propuesto para los otros pocos esqueletos de ovirraptóridos que se han encontrado encima de los nidos.
“Este descubrimiento, en esencia el comportamiento fosilizado, es el más raro de los raros en los dinosaurios”, explicó Matthew C. Lamanna, coautor del estudio e integrante del Museo de Historia Natural de Pittsburg. “Aunque antes se han encontrado algunos ovirraptóridos adultos en nidos, nunca se han encontrado embriones dentro de esos huevos. En el nuevo espécimen, las crías estaban casi listas para eclosionar, lo que indica sin lugar a dudas que este ovirraptórido había tendido su nido durante bastante tiempo. Este dinosaurio fue un padre cariñoso que finalmente dio su vida mientras alimentaba a sus crías”.
El equipo también llevó a cabo análisis de isótopos de oxígeno que indican que los huevos se incubaron a altas temperaturas, similares a las de los pájaros, lo que respalda más la hipótesis de que el adulto murió en el acto de incubar. Además, aunque todos los embriones estaban bien desarrollados, algunos parecen haber sido más maduros que otros, lo que a su vez sugiere que podrían haber eclosionado en momentos ligeramente diferentes. Esta característica, conocida como eclosión asincrónica, parece haber evolucionado de forma independiente en los ovirraptóridos y algunas aves modernas.