El colectivo Mujeres Libres y Soberanas aseguró no sentirse representado por las manifestaciones feministas que utilizan la fuerza. “No podemos reclamar derechos generando violencia, porque de esa forma se originan más asperezas”.
Aparte, colectivos condenaron las “detenciones de compañeras” en diversos estados y señalaron que a algunas se les imputan cargos por “lesiones y daños”, por lo que se requiere asesoría jurídica.
El grupo Las Brujas del Mar señaló que hubo “represión policiaca en distintos puntos del país”, mientras Politécnicas al Grito de Guerra criticó la retención en el Metro Hidalgo de algunas de sus integrantes. Aseguraron que hubo “represión y agresión”.
En entrevista Nicté-Ha Tovar Burgos, de la organización Las del Aquelarre Feminista, indicó que es “urgente que se actúe sin dilación en eliminar la violencia institucional, que se convierte en el instrumento más poderoso que atenta contra la dignidad y los cuerpos de las mujeres y niñas”.
En conferencia de prensa, Pilar Vázquez, abogada experta en derechos humanos, sostuvo que para Libres y Soberanas “no se puede vulnerar el derecho a la libre expresión, sería gravísimo”, pero debe existir un “límite”, sobre todo cuando “hay destrozos y pintas. Puede haber expresiones de enojo completamente válidas, pero tienen que estar dentro del marco de la ley”.
Verónica Camargo, activista argentina de #NiUnaMenos, sostuvo: “no me siento representada cuando una mujer reclama con odio, violencia e ira. Esa no es la forma”.
Alejandra Yáñez, abogada y activista, destacó la campaña virtual Hablamos por nosotras, “para dejar claro que ese sector violento no habla ni representa a todas las mujeres, pues prioriza la agresión sobre la lucha por el reconocimiento de la dignidad de la mujer”. La agrupación también considera que “la agenda de las mujeres no se puede reducir al tema del aborto”.
El Segundo Paro Nacional de Mujeres, al que llamaron para este 9 de marzo grupos feministas, tuvo menos convocatoria que en 2020. En sectores de gobierno no hubo alguna comunicación oficial al respecto, como el año pasado, cuando las mujeres se ausentaron sin tener ninguna afectación. Ahora muchas trabajan desde casa. En tiendas, supermercados y restaurantes, las trabajadoras no se ausentaron.
En las instituciones de educación superior públicas y privadas fue donde este movimiento tuvo más eco. En las universidades Nacional Autónoma de México, la Autónoma Metropolitana y la Iberoamericana, así como el Centro de Investigación y Docencia Económicas, el Instituto Tecnológico Autónomo de México, entre otros, alumnas decidieron no participar en sus clases virtuales, al igual que las profesoras.
Con esta acción demandaron que las universidades sean espacios seguros. Las jóvenes señalaron que las autoridades todavía no cuentan con protocolos eficientes y transparentes para atender las denuncias de violencia de género contra las mujeres y en especial sobre acoso.
En el caso de las estudiantes que sí asistieron a sus clases virtuales, algunas de ellas no encendieron la cámara y las que sí pusieron como fondo de pantalla imágenes referentes el Paro Nacional de Mujeres.