Nunca había estado tan claro que los futuros de Canadá y México están fuertemente vinculados. Esto se ve en términos del camino para salir juntos de la pandemia, nuestra recuperación económica como vecinos en América del Norte y nuestro compromiso compartido de incrementar la igualdad y las oportunidades para nuestras poblaciones tan diversas.
La pandemia de SARS-Cov2 ha puesto en evidencia que nuestras naciones tienen que unirse frente a los desafíos globales, como la crisis sanitaria y el cambio climático. Ha obligado a las naciones a replantear sus modelos de desarrollo. Conforme empezamos a vislumbrar, de manera lenta pero segura, la luz al final del túnel del Covid-19, es importante reflexionar acerca de cómo construiremos economías más fuertes y resilientes, invirtiendo en un futuro más limpio y saludable para todos.
Como dice frecuentemente nuestro primer ministro, Justin Trudeau, Canadá está profundamente comprometido con su plan climático, que incluye acciones ambiciosas para reducir sus emisiones y promover las tecnologías limpias. Para cumplir con nuestros compromisos del Acuerdo de París, estamos llevando a cabo acciones para llegar a emisiones netas cero para 2050. Y de manera más reciente, el primer ministro Trudeau y el presidente Biden expresaron su compromiso para fortalecer la implementación del Acuerdo de París, lo cual incluye trabajar juntos y con otros países para aumentar la escala y la velocidad de las acciones para responder a la crisis climática y proteger mejor a la naturaleza.
Sabemos que reconstruir una mejor sociedad y economía pos-Covid-19 también es una prioridad importante para México, que reconoció en su Contribución Determinada a Nivel Nacional que existe un estrecho vínculo entre la protección del medio ambiente y el bienestar de la población para acceder a otras dimensiones de bienestar, como son la salud, la seguridad alimentaria y el empleo, razón por la cual adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas y sus 17 objetivos de desarrollo sostenible como el eje conductor del desarrollo incluyente.
Canadá está muy interesado en continuar la colaboración en temas ambientales establecida desde hace mucho tiempo con México y nuestro compromiso compartido de luchar contra el cambio climático tanto a escala bilateral como en foros multilaterales.
Por ejemplo, la colaboración en el sector energético contribuye a mantener el impulso de una agenda mundial ambiciosa para la acción climática, particularmente en el contexto de reconstruir mejor después de la pandemia.
Las empresas de energía renovable canadienses no sólo apoyan los compromisos de México bajo el Acuerdo de París, sino que también contribuyen al objetivo de reducir los costos de la electricidad. Las empresas y los inversionistas canadienses hacen contribuciones muy positivas al crecimiento económico de México, a la creación de empleos y al desarrollo sostenible local en varios sectores en México, incluyendo cerca de 10.3 mil millones de dólares en el sector energético, de los cuales más de 4.1 mil millones de dólares se han invertido en energía renovable. También contribuyen directamente al desarrollo de las comunidades en las que operan. Por ejemplo, se asocian con instituciones educativas para desarrollar capital humano capacitado, ofrecen numerosas becas a alumnos indígenas mexicanos para que completen sus estudios y apoyan programas de alfabetización para adultos mayores. También, estos proyectos en energía renovable darán empleos bien remunerados a más de 7 mil 500 mexicanos, y varios de estos empleos vienen con prestaciones importantes, incluyendo fondos de pensión y cobertura médica, lo cual contribuye a aumentar el bienestar y calidad de vida tanto de los trabajadores como de sus familias.
Canadá sigue interesado en trabajar de la mano con el gobierno de México para garantizar un marco jurídico estable e igualdad de condiciones, que son piezas clave para mantener y atraer la inversión canadiense en todos los sectores. Nuestros países son socios de largo aliento, incluyendo el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT-CPTPP) y el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC). Queremos seguir creciendo nuestra asociación para garantizar un clima de inversión estable y predecible, y un ambiente más limpio para nuestros hijos.
El espacio de América del Norte puede y debe ser un impulsor del orden posterior a la pandemia, y un líder en términos de la recuperación económica verde. Con base en el largo historial de cooperación entre Canadá, México y Estados Unidos en el comercio y el ambiente, esperamos seguir colaborando en temas que afectan nuestra habilidad colectiva para aumentar la competitividad de América del Norte, al mismo tiempo que garantizamos la protección del entorno y un mejor futuro para todos.