En buena parte del continente americano, los feminicidios y otras formas de violencia de género siguen cometiéndose en una impunidad casi total, por lo que las mujeres han tenido que alzar la voz y apropiarse de las calles, pese a la respuesta agresiva y desproporcionada de las autoridades de la región, señaló Amnistía Internacional para las Américas.
Todavía en las reacciones a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, entidades gubernamentales, organizaciones empresariales y entidades de consultoría, advirtieron las condiciones de desventaja y vulnerabilidad en que se encuentran las mujeres, que si bien provienen de antaño, se han agravado con la pandemia, sobre todo en lo económico y laboral.
Millones de personas han perdido su empleo a causa de la pandemia, pero las mujeres tienen una probabilidad 1.5 veces mayor que los hombres de renunciar a su puesto de trabajo y frenar su desarrollo laboral, en buena medida por el incremento en las tareas domésticas, de acuerdo a los resultados de una encuesta realizada en 600 empresas de México, Estados Unidos y Canadá, dada a conocer aquí por el Centro de Estudios del Empleo Formal (CEEF).
Este mismo sondeo indica que 75 por ciento de ellas considera “hacer un movimiento laboral”, para poder cumplir con sus actividades “como cuidadoras del hogar y de familiares”.
También en el tema económico, la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa, que tiene cerca de 5 mil afiliadas, reportó que la emergencia sanitaria ha afectado a 38 por ciento de las compañías encabezadas por mujeres, al reducir su operación en más de 30 por ciento.
Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional (AI), señaló que durante las movilizaciones realizadas este 8 de marzo en países como México, Chile, Colombia y Venezuela, entre otros, hubo una respuesta institucional “muchas veces violenta y represiva”.
Durante el conversatorio titulado Por qué protestamos las mujeres, Tania Reneaum, directora de AI México, recordó también que en días pasados la organización presentó un informe en el cual se documenta cómo las autoridades del país suelen reaccionar con violencia y uso excesivo de la fuerza en contra de las manifestaciones de mujeres y grupos feministas, por lo que las llamó a “dialogar con el enojo (de las mujeres), no demonizarlo ni verlo mal”, pues el movimiento feminista “es un motor de cambios fundamentales”.