Asisten a reuniones en línea, intercambian opiniones por Zoom y aprendieron a hacer videos y buscar información en la red. En sus tiempos, relatan, “no pudimos concluir la primaria o ir a la secundaria, pero ahora la estamos recursando hasta por quinta vez”. Son abuelas a quienes la pandemia de Covid-19 conectó con el mundo virtual para apoyar a sus nietos en las clases por Internet.
Luisa Ordóñez, de 74 años, afirma que tras la suspensión de actividades escolares por la emergencia sanitaria “estaba de pronto con clases en línea con mis dos nietos. No sabía usar ni el celular, pero ahora hasta les busco videos de sus materias. Aprendí con mi nieto, que va en segundo de secundaria, y ahora me dice: ‘abue, hasta te hiciste experta’”.
Destaca que los adultos mayores “no sólo cuidamos y damos de comer; quienes estamos comprometidos con su aprendizaje hacemos lo que se requiera aunque nos cueste mucho trabajo, y las autoridades educativas no se ponen a pensar que ahorita hay muchas abuelas que estamos al cuidado de los nietos”.
En mi caso, afirma Luisa, “toda mi vida gira en torno a sacar adelante a estos chicos, porque no tienen mamá de fijo. Pese a la brecha generacional que hay –porque estoy luchando con mi edad y ellos con la suya–, con toda su rebeldía y todo este encierro que han vivido, ahora aquí estoy charlando por videollamada, algo que antes no pensé siquiera que podría hacer”.
Leonor, de 80 años, destaca que las abuelas también “somos parte importante del logro educativo de miles de niños y adolescentes, porque somos quienes estamos ahí detrás de ellos, exigiendo que estudien, que aprendan y entreguen sus trabajos”.
Narra a La Jornada que su nieta Sofía, de 13 años, la convenció de hacer su primera videollamada, luego aprendió con ella a usar la plataforma Zoom y a buscar temas de su interés en Internet. “Ahora mi hijo me dice que me dará una tableta para que pueda poner videos a mis otros nietos cuando quieran aprender alguna letra o número. Nunca pensé que esos aparatos pudieran tener tantas cosas interesantes”, señala.
Luisa coincide en que es más fácil y rápida una consulta en la red que buscar en la enciclopedia que tiene en casa. “Además, hay muchos temas nuevos que les piden y puedes buscar videos o contenido para que hagan sus tareas. O si no le entienden al maestro, busco en Internet y les pongo lecciones de otros profesores”.
Ambas destacan que la pandemia de Covid-19 “ha sido una experiencia muy dura. En casa perdimos seres muy queridos por esta enfermedad, lo que nos dejó una gran tristeza, pero también aprendimos cosas nuevas, porque a mi edad, jamás pensé que podría hablar con alguien y verlo sin estar en el mismo lugar”, afirma Luisa.