Impulsado por el precio de los energéticos, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) aumentó 0.63 por ciento durante febrero, el alza más pronunciada desde 2000 para un mes similar, y a tasa anual la inflación se ubicó en 3.76 por ciento, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Dicha alza fue causada principalmente por el encarecimiento de productos pecuarios, alimentos, bebidas, tabaco y energéticos; coincidió con la tormenta invernal en Texas, que afectó la importación de gas, y un recorte en la tasa de interés del Banco de México, que fue reducida de 4.25 a 4 por ciento en la segunda semana de febrero.
En conjunto, la inflación del primer bimestre de 2021 es la más alta desde 2017, viene de un año en que la actividad económica en el país se contrajo 8.5 por ciento.
De acuerdo con analistas financieros y el propio banco central, el INPC podría repuntar más allá de 4.5 por ciento en abril –por arriba del rango objetivo de inflación que es de 3 por ciento con un rango de +/-1 por ciento– para después volver a descender. Esto reduce el espacio del Banco de México para continuar el ciclo de recortes en la tasa de referencia.
El Inegi detalló que la gasolina de bajo octanaje –que se encareció 4.59 por ciento– seguida del gas doméstico LP –que lo hizo 4.28 por ciento– fueron los insumos cuyos precios incidieron más en la inflación de febrero. Después de estos productos, también destacó el incremento en el costo de la papa y otros tubérculos, así como del pollo y de la gasolina de alto octanaje.
A pesar del subsidio por parte de la Secretaría de Hacienda, “el precio de la gasolina ha aumentado debido al fuerte repunte en la cotización del petróleo a nivel internacional. No se anticipa que el precio de este producto registre una corrección importante, menos si la economía global continuará creciendo”, expuso Invex en un reporte a inversionistas.
UBS expuso que, dado que los precios de la gasolina colapsaron al comienzo de la pandemia, con el efecto base y su respectivo rebote, el costo de la energía podría llevar la inflación general a “5 por ciento o más en abril”. En ese sentido, consideró que el Banco de México está por cerrar su ciclo de recortes a la tasa de interés.
“La debilidad del peso y el pronunciamiento de la curva de rendimiento en la actual liquidación global de bonos dificultan el recorte en esta etapa, mientras el aumento esperado de la inflación en los próximos meses hace que sea poco probable una moderación en el segundo trimestre”, consideró.