Con la rodilla izquierda en el piso, Karla Valderrama formó parte de la doble barrera de mujeres policías que frente al Palacio Nacional y armadas sólo con sus escudos resistieron el embate con palos, tubos, martillos, bombas molotov, patadas, empujones y fuego que realizaron en su contra algunas de las participantes y hombres infiltrados en la movilización por el Día Internacional de la Mujer.
En medio del caos por el ruido del golpeteo que resonaba en los escudos y gritos de los manifestantes, la oficial del sector Culhuacán de la Secretaría de Seguridad Ciudadana local alcanzó a ver a “tres o cuatro” sujetos que las agredieron con las estructuras metálicas de las vallas que antes derribaron.
Karla relató que los hombres buscaron abatir la contención realizada por el agrupamiento femenil que resguardó desde el inicio de la movilización el Palacio Nacional, pese a que se ubicaron estratégicamente detrás de las 212 hojas de lámina colocadas desde la calle Moneda hasta Corregidora.
Los agresores atacaron con tubos entre los huecos de los escudos de las uniformadas que por momentos quedaban en medio de la refriega; en uno de tantos intentos, uno de los sujetos logró lastimar el dedo anular de la mano derecha de Karla, quien no perdió el equilibrio y aguantó agachada la formación, con lo que no permitió que se derrumbara el ensamble de la segunda hilera de mujeres.
No calcula cuánto tiempo se prolongó el ataque, pero comentó que por un momento se le vino a la mente que la fuerza física de los agresores terminaría por derribar al agrupamiento femenil, pero no por la violencia que ejercieron, sino porque “nosotras no estábamos en una pelea, sólo estábamos conteniendo y ellos lo único que hacían era agredir”.
A pesar del embate, la oficial aseguró que siguió la instrucción del mando, por lo que al igual que sus compañeras, se concentró en mantener la contención y la estrategia, cuyo objetivo primordial era “ proteger y salvaguardar la integridad de las mujeres”, porque en el protocolo de actuación de movilizaciones no está considerado responder a las agresiones.
Con dos años en la SSC, se define como “con amplia experiencia en movilizaciones de mujeres de acción directa” al recordar que también participó en la manifestación en la que hace tiempo prendieron fuego a la puerta Mariana del Palacio Nacional.
Se dijo satisfecha por la labor cumplida al asegurar que apoya el feminismo, “porque soy mamá, porque tengo hermanas. Pero no todos pensamos de la misma manera, sólo hay que apoyar y salvaguardarlas, ante todo somos mujeres, no están solas, estamos de su lado”.