Ciudad de México. La negativa de las autoridades capitalinas a otorgar un incremento a la tarifa o subsidio al transporte concesionado, donde se realizan 14 millones de viajes-persona-día, ha colocado a los usuarios en una situación de riesgo, pues la falta de capacidad económica ha llevado a las rutas a realizar sólo el mantenimiento correctivo de las unidades, afirmó Nicolás Vázquez Figueroa, integrante de la organización Fuerza Amplia de Transportistas.
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El responsable de esta situación, afirmó es el gobierno, que subsidia a cada pasajero del transporte eléctrico con 25 pesos y entregó el año pasado mil 800 millones de pesos para el Metrobús, cuando la mayoría de la gente se mueve en microbuses, camionetas y autobuses.
Desde hace 24 años, los integrantes del sector han salido a las calles a demandar un ajuste a la tarifa, que actualmente es de 5.00, 5.00 y 6.50, para renovar su parque vehicular y mejorar la prestación del servicio, lo cual no ha sido posible.
Minutos antes de sostener una reunión con funcionarios de la Secretaría de Movilidad, en el edificio del Antiguo Ayuntamiento, donde estaba con José Luis Tenorio, Domingo Pérez, Enrique Hernández y Rafael Arvizu, lamentó que la autoridad sea insensible a su demanda.
“No hay ninguna intención política, ni un partido político detrás en los bloqueos que se llevan a cabo en diferentes puntos de la ciudad. Es un tema que, si se revisa históricamente, tenemos 24 años padeciendo y salimos a las calles cuando ya no aguantamos más”, aclaró.
En julio del 2019, recordó, iniciaron las movilizaciones, pero con la pandemia “aguantamos, porque todos estamos viviendo situación crítica, pero la necesidad del gremio ya nos rebasa, y ha llevado a muchos compañeros a dejar de laborar”.
La continúa alza en los combustibles, y costos del mantenimiento preventivo y correctivo han llevado a algunas empresas como ITEC, que corría del Metro Politécnico a la FES Ixtacala a hacer negociaciones con el gobierno para entregar su parque vehicular.
Otras empresas están también en pláticas, porque están a punto de quebrar, han reducido su parque vehicular en circulación y hasta han cambiado sus autobuses por microbuses, como en la zona de Tláhuac, con el único objetivo de sobrevivir, afirmó.
La renovación de las unidades, gran parte microbuses con más de 30 años de antigüedad, es imposible con una tarifa de cinco pesos, cuando en el mercado con las modificaciones planteadas por la Semovi tiene un precio unitario de un millón 750 mil pesos.
Hoy, argumentó, el costo real de la tarifa es de 12 pesos y reconociendo todos los problemas que estamos enfrentando por la emergencia sanitaria, porque “también somos gente que vivimos de nuestro trabajo”, sólo se ha pedido un incremento de dos pesos.
La administración capitalina sin embargo se ha negado y ha señalado que hasta junio se verá este tema, lo cual consideramos “sí tiene tintes políticos”, puntualizó.