Uno de los sectores más afectados por la pandemia de Covid-19 fue el de las mujeres, no sólo al registrar una mayor caída dentro de la población económicamente activa (PEA), sino al aumentar de manera significativa el número de horas dedicadas al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados, entre el tercero y cuarto trimestres de 2019 y el mismo periodo de 2020.
De acuerdo con un reporte especial del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) con motivo del Día Internacional de la Mujer, durante la pandemia el aumento en el número de horas de trabajo doméstico se debe, de manera importante, a la educación y la recreación de la población infantil, que no ha podido regresar a las aulas escolares.
Reporta que la caída de la PEA de mujeres –entre el tercer trimestre de 2019 y el de 2020– disminuyó 9.7 por ciento, situándose en 20.2 millones, mientras la de los hombres decreció en 4.9 por ciento, al ubicarse en 33.6 millones. En la recuperación del empleo que se dio al final del año, fue menor en el caso de las mujeres.
En este mismo periodo, las mujeres sin empleo que reportaron labores domésticas como su ocupación aumentó más que en los varones; en las mujeres fue de 1.3 millones (21 millones al final del periodo) y en ellos de medio millón (1.7 millones al final del periodo).
El informe sobre pobreza y género consta de un sistema de 30 indicadores que abarcan tanto el ámbito doméstico como el extradoméstico, en los que se consideran los derechos a la salud, seguridad social, educación, alimentación, vivienda, trabajo, así como los ingresos y las características de los hogares, entre 2008 y 2018.
Pero también aporta información ante el contexto de la pandemia de Covid-19, la cual incluye algunos de los impactos que ésta ha generado en el trabajo doméstico o cuidados no remunerados, así como en empleo de las mujeres.
Con información cruzada, el Coneval indica que el aumento del trabajo del hogar por la pandemia es originado por el incremento de las horas dedicadas a la educación y a la recreación de la población infantil ante la suspensión de las clases presenciales, el tiempo destinado al cuidado de las personas enfermas por Covid-19, las horas adicionales que se requieren para la limpieza ante el mayor tiempo que se convive en el hogar y por las medidas de contención del contagio, entre otras causas.
En promedio, a escala nacional, este trabajo de cuidados se ubicó en 27.8 horas semanales para las mujeres y 15.2 para los hombres. En cuanto a los quehaceres domésticos, las mujeres dedicaron entre 2.2 y 3.2 veces más, presentándose las brechas más amplias en situación de pobreza. Ellas destinaron en promedio 22 horas semanales, mientras ellos dedicaron 8.2 horas.