Las perspectivas de una salida a la crisis económica causada por la pandemia han mejorado y entre ellas las de México. Se observa en varias economías un repunte de la actividad más rápido de la esperada en la segunda mitad del año pasado y el despliegue de vacunas. Sin embargo, ya se advierte una recuperación desigual entre sectores y países, reportó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En ese contexto el organismo mejoró 0.9 puntos porcentuales la previsión de crecimiento para México en 2021. Prevé una expansión de 4.5 por ciento este año. Y redujo 0.4 puntos la de 2022, para un crecimiento de 3 por ciento en ese periodo. Prevé que el país, junto a Canadá, se vea beneficiado del apoyo fiscal en Estados Unidos. Los tres países son socios en el tratado comercial de América del Norte.
El miércoles pasado, el Banco de México mejoró, de 3.3 a 4.8 por ciento, su previsión de crecimiento en 2021. El viernes, Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, expresó que a partir del ritmo de vacunación en el país “ajustaremos pronto la proyección de crecimiento (este año) a una cifra cercana a 5 por ciento”. Actualmente es de 4.6 por ciento. Hace dos semanas, Moody’s mejoró su pronóstico a 5.5 por ciento, también para este año.
La OCDE acotó ayer que las perspectivas económicas han mejorado, y ahora se prevé que el crecimiento del PIB mundial sea de 5.5 por ciento en 2021 y 4 por ciento en 2022, debido al despliegue gradual de vacunas, los anuncios de apoyo fiscal adicional en algunos países y las señales de que las economías están afrontando mejor las medidas para reprimir el virus.
“El PIB mundial debería estar por encima del nivel prepandémico a mediados de 2021, aunque este no es el caso en todos los países (...) El riesgo de costos duraderos de la pandemia también sigue siendo alto, y se proyecta que la producción mundial seguirá siendo más débil de lo esperado antes de la pandemia a finales de 2022”, acotó.
El lento progreso en la aplicación de vacunas y la aparición de nuevas mutaciones de virus resistentes a los fármacos darían como resultado una recuperación más débil, mayores pérdidas de puestos de trabajo y más fracasos comerciales, por lo que “la máxima prioridad es garantizar la producción y despliegue de las vacunas lo más rápido posible en todo el mundo”, subrayó.
La OCDE prevé que Estados Unidos crezca 6.5 por ciento este año, una mejora de 3.3 por ciento respecto a la perspectiva previa; y 4 por ciento en 2022, 0.5 por ciento por arriba de lo antes estimado.
El plan de rescate de Estados Unidos proporcionará un impulso significativo a corto plazo a la actividad si se promulga en su totalidad, prevé. Las nuevas medidas llegarían a 1.9 billones de dólares (alrededor de 8.5 por ciento del PIB de ese país), lo que daría impulso inmediato de los pagos de estímulo a los hogares, que representan alrededor de una quinta parte del paquete general.
Este apoyo “debería fortalecer sustancialmente la demanda y permitir una recuperación más sólida de la pandemia, con efectos secundarios beneficiosos para otras economías”, expuso la OCDE. Eso implicaría un aumento de la producción entre 0.5 y un punto porcentual en Canadá y México, y entre 0.25 y 0.5 en la zona del euro y China, agregó.
“Hay ganancias sustanciales a corto plazo para el producto, pero es probable que sea modesto el impacto duradero del nuevo paquete y en la inflación después de 2022. Esto refleja la naturaleza temporal del gasto adicional”, advirtió.