Madrid. Observaciones combinadas con varios telescopios en tierra descubrir y estudiar en detalle la fuente más lejana de emisiones de radio conocida hasta la fecha.
La fuente es un cuásar “radiointenso”, objeto brillante con potentes chorros que emiten en longitudes de ondas de radio. Está tan lejos que su luz ha tardado 13 mil millones de años en llegar hasta nosotros y el descubrimiento podría proporcionar importantes pistas para entender el universo temprano.
Los cuásares son cuerpos muy brillantes que se encuentran en el centro de algunas galaxias y obtienen su energía de agujeros negros supermasivos. A medida que el agujero negro consume el gas circundante, la energía se libera, lo que permite a los astrónomos detectarlos incluso cuando están muy lejos.
El cuásar recién descubierto, llamado P172+18, está tan lejos que su luz ha viajado durante unos 13 mil millones de años para llegar a nosotros: lo vemos como era cuando el universo tenía apenas unos 780 millones de años. Aunque se han descubierto algunos más distantes, es la primera vez que los astrónomos han sido capaces de identificar las reveladoras firmas de chorros de radio en uno en una etapa tan temprana de la historia del universo.
Sólo alrededor de 10 por ciento de los cuásares –que los astrónomos clasifican como “radiointensos”– tienen chorros, que brillan intensamente en frecuencias de radio.
P172+18 se alimenta gracias a un agujero negro unos 300 millones de veces más masivo que nuestro Sol que está consumiendo gas a un ritmo impresionante, “creciendo en masa a una de las tasas más altas jamás observadas”, explicó en un comunicado la astrónoma Chiara Mazzucchelli, investigadora ESO Fellow en Chile, quien dirigió la investigación junto con Eduardo Bañados, del Instituto Max Planck de Astronomía, en Alemania.
Los astrónomos consideran que hay un vínculo entre el rápido crecimiento de agujeros negros supermasivos y los potentes chorros de radio detectados en cuásares, como P172+18. Se cree que los chorros son capaces de perturbar el gas que hay alrededor del agujero negro, aumentando la velocidad a la que el gas cae en el mismo. Por tanto, estudiar cuásares radiointensos puede proporcionar información importante sobre cómo crecieron los agujeros negros del universo temprano hasta alcanzar tamaños supermasivos de forma tan rápida tras el Big Bang.
“Me parece muy emocionante hallar nuevos agujeros negros y proporcionar una pieza más del rompecabezas para entender el universo primordial, de dónde venimos, y, en última instancia, a nosotros mismos”, señaló Mazzucchelli.
Aunque antes había sido identificado como una fuente de radio, fueron Bañados y Mazzucchelli quienes asignaron a P172+18 la categoría de cuásar lejano tras observarlo con el Telescopio Magallanes, del Observatorio Las Campanas, en Chile.