Ciudad de México. Las mujeres fue uno de los sectores más golpeados por la pandemia del Covid-19, no sólo al registrar una mayor caída dentro de la Población Económicamente Activa (PEA), sino al aumentar de manera significativa el número de horas dedicadas al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados, debido al tiempo que debieron dedicar a la educación y a la recreación de la población infantil que hasta el momento no ha podido regresar a la aulas.
De acuerdo a un reporte especial del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el marco del Día Internacional de la Mujer, se reporta que en el contexto de la pandemia, la caída de la PEA de mujeres -entre el tercer trimestre de 2019 y el de 2020- disminuyó 9.7 por ciento, situándose en 20.2 millones, mientras que el de los hombres decreció en 4.9 por ciento, al ubicarse en 33. 6 millones. En la recuperación del empleo que se dio al final del año, fue menor en el caso de las mujeres.
En este mismo periodo, las mujeres sin empleo que reportaron labores domésticas como su ocupación aumentó más que en los varones; en las mujeres fue de 1.3 millones (21.0 millones al final del periodo), y en ellos de 0.5 millones (1.7 millones al final del periodo).
El informe sobre Pobreza y Género que presenta el organismo consta de un sistema de 30 indicadores que abarcan tanto el ámbito doméstico como el extradoméstico, en los que se consideran los derechos a la salud, seguridad social, educación, alimentación, vivienda, trabajo, así como los ingresos y las características de los hogares, entre 2008 y 2018.
Pero también aporta información ante el contexto de la pandemia del Covid.19, la cual incluye algunos de los impactos que ésta ha generado en el trabajo doméstico o cuidados no remunerados, así como en empleo de las mujeres.
Con información cruzada, el Coneval indica que el aumento del trabajo del hogar a causa de la pandemia es originado por el incremento de las horas dedicadas a la educación y a la recreación de la población infantil ante la suspensión de la educación presencial, el tiempo destinado al cuidado de las personas enfermas por Covid-19, las horas adicionales que se requieren para la limpieza ante el mayor tiempo que se convive en el hogar y por las medidas de contención del contagio, entre otras.
“En la mayoría de los hogares han sido asumidas estas actividades por las mujeres, ante los roles de género que las sitúa como las principales responsables del trabajo doméstico o de cuidados no remunerados”, señala.
El mismo informe, reporta que la mayor pérdida de empleos en las mujeres fue de tipo informal, que se extiende entre el 50 y 60 por ciento de la población ocupada de mujeres en el periodo de estudio (tercer y cuarto trimestre de 2019 y 2020). Entre el tercer trimestre de 2019 y 2020, la población ocupada de mujeres en informalidad laboral descendió 18.2 por ciento, mientras que la disminución del empleo formal fue de 0.6 por ciento. Entre el cuarto trimestre de 2019 y 2020, la caída de empleo informal en las mujeres fue de 9.4 por ciento, y el formal de 1.3 por ciento.
En hombres, entre el tercer trimestre 2019 y 2020, la pérdida del empleo informal fue mayor ante una caída de 6.7 por ciento, mientras que el formal cedió en 4.1. Para el cuarto trimestre, el comportamiento fue a la inversa, la mayor caída se presentó en el empleo formal ante una reducción del 3.8 por ciento, mientras que el formal cedió 2.6. El empleo informal para los hombres se extiende en torno al 55 por ciento en los dos periodos de estudios considerados.
Otros datos que se dan a conocer son:
- La brecha entre mujeres y hombres en la tasa de participación económica descendió 8.1 puntos porcentuales entre 2008 y 2018, aun así, la brecha persiste, misma que se acentúa en situación de pobreza. La tasa de participación de las mujeres en este último año a nivel nacional se ubicó en 52 por ciento y en los hombres fue de 83 por ciento.
- Específicamente en el cuidado de otras personas del hogar, en 2018 las mujeres destinaron entre 1.2 veces y el doble de horas con respecto a los hombres.
- El promedio a nivel nacional de este trabajo de cuidados se ubicó en 27.8 horas semanales para las mujeres y 15.2 para los hombres. En cuanto a los quehaceres domésticos las mujeres dedicaron entre 2.2 y 3.2 veces más, presentándose las brechas más amplias en situación de pobreza. A nivel nacional, ellas destinaron en promedio 22.0 horas semanales, mientras que ellos dedicaron 8.2 horas.
Respecto al mercado de trabajo, el informe señala que se identificaron dos aspectos en los que no se observan brechas significativas entre hombres y mujeres, pero que expresan la precariedad laboral que permea a la población trabajadora:
- La falta de un contrato laboral: en ausencia de condiciones de pobreza alcanza a alrededor del 40 por ciento de los trabajadores y trabajadoras, y en situación de pobreza este porcentaje pasa a aproximadamente 80 por ciento.
- La falta de seguridad social otorgada en el empleo afecta a alrededor del 60 por ciento de la población empleada que no se encuentra en situación de pobreza, y aproximadamente al 95 por ciento en situación de pobreza.