Ciudad de México. Trabajar bajo estrés en la adversidad, con conocimiento, precisión y rapidez. Eso es lo que debe distinguir a los médicos que están en la primera línea de atención de Covid-19. No hay opción cuando los pacientes caen en falla respiratoria grave y se les tiene que intubar, “o lo hacen bien o el enfermo se muere”, dice Leonel Arturo Quiñones Salido, especialista en medicina interna y cuidados intensivos, quien desde mayo de 2020 trabaja en el Hospital de Extensión del IMSS en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
Con 30 años de experiencia profesional, dice que el coronavirus lo obligó a hacer una reingeniería de todo lo que había aprendido. “Es muy diferente. Ha sido y sigue siendo un reto”, afirma.
Quiñones llegó al hospital del Autódromo a supervisar la atención a los enfermos y sus familiares, pues era el responsable de la Unidad de Atención de Quejas Médicas del Seguro Social. A los dos días regresó para atender a los pacientes, enseñar a los médicos, la mayoría de nuevo ingreso y, a las pocas semanas, crear la Unidad de Cuidados Intensivos.
El especialista está convencido de que el nosocomio instalado en el Autódromo está a la altura de los mejores de alta especialidad del mundo. De 180 camas subieron a 400, de las cuales 26 son de cuidados intensivos y en 79 hay ventiladores mecánicos de alta tecnología. A la fecha, más de 5 mil 800 personas han sido atendidas en ese lugar.
El hospital del Autódromo se planeó para atender a enfermos que serían transferidos de otros nosocomios para continuar con su tratamiento. Pero los afectados empezaron a llegar directamente. Todos fueron recibidos.
Durante el rebrote de la pandemia, a finales de 2020, los ingresos directos por la puerta 6 de Ciudad Deportiva eran entre 30 y 40 por día. Hasta 345 camas estuvieron ocupadas en ese periodo.
En las últimas semanas han bajado los casos, pero todavía llegan unas 15 personas a diario y un número similar que son referidas de otros hospitales. El pasado jueves había 240 pacientes internados, 40 con ventilación mecánica.
Quiñones es líder de un equipo Covid, aunque es un decir, porque ha apoyado con el entrenamiento de la mayoría de los doctores que laboran en el nosocomio.
Uno de los aspectos más complicados es cuando, por el bajo nivel de oxigenación pulmonar, los pacientes requieren ser intubados. Es un trabajo de especialistas que el médico describe así: “tiene que hacerlo a la primera, rápido y colocar el respirador de la manera más óptima para que la persona se recupere” de la baja oxigenación que ha tenido durante horas o varios días antes de llegar al hospital.
Quiñones tiene 60 años de edad, de los cuales 28 ha estado en el Seguro Social. Ya se podría jubilar, pero eso todavía no está en sus planes. “Soy adicto a la profesión y a la adrenalina. El Covid es un reto”.
Además de que es un virus nuevo, se comporta distinto a todo lo que había conocido la humanidad. Es obligatorio enterarse del conocimiento nuevo para brindar la mejor atención a los pacientes.
–¿Y con los médicos jóvenes?
–Les comparto las lecturas. El conocimiento está en Internet y los pacientes son un libro abierto. Los médicos tienen la obligación moral, ética e institucional de adquirir el conocimiento y venir aquí a ponerlo en práctica. Yo los guío y les doy la seguridad que les hace falta.
“Y veo el cambio. Llegan inhibidos, con miedo, incertidumbre y un desconocimiento tremendo. Los empiezo a llevar, les enseño y tienen que leer mucho. Me acompañan a ver a los pacientes. Les explico cuál es la forma más rápida y efectiva de intubar…
–¿No se ha cansado?
–No. Ya pasaron tres periodos vacacionales que no tomé y puedo seguir entrenando médicos y estudiantes de medicina. Es una oportunidad para conocer lo que van a enfrentar en el futuro. Con medidas de protección van a estar bien.
El doctor Quiñones sabe de lo que habla. En todos estos meses de pandemia y estar en contacto directo con enfermos graves no se ha infectado. La diferencia ha sido que “me cuido, llevo todas las medidas de prevención”, dice, mientras muestra la careta de protección que lo acompaña en su labor diaria.