Minneapolis. Miles de personas marcharon ayer en Minneapolis, en el norte de Estados Unidos, detrás de un ataúd blanco cubierto de rosas rojas para exigir “justicia”, un día antes del inicio del juicio contra el policía blanco que mató al afroestadunidense George Floyd.
Casi toda la multitud, diversa, permaneció en silencio, sólo roto para gritar: “¡Si no hay justicia, no hay paz!” Una pancarta reproducía las últimas palabras de Floyd: “No puedo respirar”.
Nueve meses después de que la muerte de Floyd evidenció la fractura racial en Estados Unidos, el juicio contra el policía blanco Derek Chauvin, acusado de asesinarlo, comienza hoy con la selección del jurado.
Chauvin, un ex oficial del Departamento de Policía de Minnesota (MPD), fue filmado presionando su rodilla en el cuello de Floyd durante casi nueve minutos mientras el detenido, que estaba esposado, luchaba por respirar.
Las imágenes impactantes de la muerte de Floyd, de 46 años, el 25 de mayo, provocaron una ola de protestas de Black Lives Matter contra la brutalidad policial y la injusticia racial en Estados Unidos y en las capitales de todo el mundo.
Se necesitará un fallo unánime de los 12 miembros del jurado para colocar a Chauvin tras las rejas.
Las autoridades han movilizado a miles de policías y miembros de la Guardia Nacional para brindar seguridad durante el juicio.