Buenos Aires., A pesar de que el presidente Alberto Fernández y otros miembros de su gabinete condenaron el accionar de la policía en Formosa contra un grupo de personas que el sábado intentaron entrar a la casa gubernamental de esa provincia, y que se investiga a los implicados, la opositora Alianza Cambiemos volvió a protestar por la decisión del gobierno local de Gildo Insfrán de volver a la fase uno de protocolo de prevención contra una nueva ola de Covid-19.
Con las horas se hizo evidente la utilización de los sucesos en Formosa, donde líderes de Cambiemos piden la destitución de Insfrán o la intervención de esa provincia. También escasa la manifestación de este día, contó con una gran presencia de dirigentes de Cambiemos; entre ellos la presidenta de la ultraderechista Propuesta Republicana (PRO) Patricia Bullrich.
Con ella viajaron a esa provincia los diputados Waldo Wolff y Ricardo Buryaile para iniciar una “gira por la libertad”, según dijo la ex ministra de Seguridad, quien tiene varias causas abiertas por graves violaciones a los derechos humanos, entre ellos los asesinatos del joven mapuche Rafael Nahuel. “Hace un año viven encerrados (los formoseños). Insfrán es el modelo de tirano que avala el presidente. Vamos a apoyarlos en esta lucha por los derechos humanos y el trabajo”, aseguró Bullrich.
Los sucesos en la pequeña provincia fronteriza con Paraguay, han sido amplificados por los medios, nunca antes visto en otros casos como lo actuado por el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, del mismo signo político, que no sólo reprimió en diversas ocasiones, sino que mantiene detenidos ilegalmente a activistas sociales, entre ellas la dirigente de Tupac Amaru, Milagro Sala, cuya libertad es exigida dentro y fuera del país. También está involucrado abiertamente con los golpistas de Bolivia a finales de 2019, entre otras graves acusaciones.
Se conoce ahora que los incidentes en Formosa comenzaron en momentos en que el gobierno de Insfrán anunció un aumento de 40 por ciento a los estatales en su provincia y días después de conocerse una red de contrabando de soya, enviadas en camiones a Paraguay, por poderosos grupos soyeros de otras provincias, para evitar el pago de los impuestos, enfrentados contra el gobierno de Fernández.