La reforma al sistema de pensiones aumentará el número de trabajadores mexicanos con derecho a una renta vitalicia, incrementará el monto que reciben cada mes durante su jubilación y representará un costo fiscal al país de sólo 0.3 por ciento del producto interno bruto, aseguró el Banco de México (BdeM).
En su más reciente informe trimestral, el banco central aseguró que en los primeros 23 años de la reforma el país observará un beneficio fiscal de 4.6 por ciento del PIB; sin embargo, hasta 2100 habrá un costo de alrededor de 5 por ciento, por lo que el impacto final en las finanzas, con los ajustes pertinentes, será de 0.3 por ciento.
No obstante, apuntó el BdeM en su análisis, dicho impacto se verá compensado en otros rubros, por ejemplo, en una mayor cantidad de mexicanos con pensión, la cual será mejor a la estimada sin la reforma.
Hasta antes de los cambios, un trabajador que comenzó a laborar a los 22 años tenía que trabajar en el sector formal más de 56 por ciento del tiempo para retirarse a los 65 años, requisito que cumplía sólo uno de cada cuatro.
Con la reforma, el tiempo de trabajo en el sector formal se redujo a 34 por ciento, lo que da como resultado que sólo 5 por ciento queden excluidos de una pensión.
Al final el tiempo de transición (las semanas de cotización necesarias para una pensión irán incrementando anualmente de 700 hasta mil) el tiempo de trabajo formal será de 45 por ciento, lo que significará que 55 por ciento de los trabajadores no alcancen una pensión.
Asimismo, las pensiones serán mejores. Por ejemplo, previo a la reforma la pensión mínima garantizada para todos los trabajadores que cumplieran los requisitos era de 3 mil 289 pesos mensuales. En cambio, será de entre 2 mil 622 y 8 mil 241 pesos mensuales.
De acuerdo con el BdeM, los beneficios no sólo serán para los trabajadores, pues como consecuencia del aumento en su ahorro obligatorio (que será absorbido por los patrones), los recursos administrados por las Afore se incrementarán, lo que aumentará la inversión en proyectos de infraestructura.
Actualmente, los activos netos (ahorro de los trabajadores) que administran las Afore representan 20 por ciento del PIB.
Según estimaciones del banco central, con la reforma, hacia 2040 los activos netos de las Afore alcanzarán el equivalente a 56 por ciento del PIB, mientras que en un escenario sin reforma, dichos recursos representarían 35 por ciento del PIB.
Explicó que en el primer escenario, el incremento de 36 puntos porcentuales respecto a lo observado actualmente es consecuencia de un aumento significativo en las contribuciones patronales; mientras que en el escenario sin reforma, el aumento de 15 puntos porcentuales se explica sólo por un mayor crecimiento inercial de los activos netos.