La pandemia de Covid-19 ha significado un retroceso en el ejercicio de los derechos de las mujeres en diversos ámbitos, coinciden investigadores, instancias de gobierno, organismos internacionales y agrupaciones civiles.
Desde el principio de la crisis sanitaria, ONU Mujeres reportó el aumento de la violencia de género. Antes del Covid-19, se estima que una de cada tres mujeres sufría violencia física y sexual por parte de su pareja.
México no fue la excepción. La Red Nacional de Refugios (RNR) aseguró que se dio un incremento de las llamadas de auxilio por agresiones sexuales, físicas, sicológicas y patrimoniales.
Wendy Figueroa Morales, sicóloga, feminista y directora de la RNR señaló a La Jornada que “cuatro de cada 100 víctimas” a las que dieron protección en 2020 manifestaron “intento de feminicidio, y casi 30 por ciento, violencia sicológica”.
En vísperas del Día Internacional de la Mujer, indicó que 80 por ciento experimentó de forma paralela varios tipos de ataques: sexual, económico, patrimonial, física y sicológico”.
Irma Saucedo, socióloga, feminista y consultora independiente, señaló que se “puso en situación de extrema vulnerabilidad” a las que de por sí ya vivían hostilidad en sus hogares, y que, según datos oficiales del país, previo a la pandemia eran “dos de cada tres”.
En materias económica y laboral, la pandemia se ha traducido en un mayor “rezago en el rubro económico” de la población económicamente activa femenina. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) asegura que “el despido de trabajadoras ha sido contundente”, lo que significa una regresión de una década en la participación laboral y en los ingresos.
Antes de la emergencia sanitaria, eran casi 57 por ciento las trabajadoras en la manufactura, comercio, turismo y trabajo doméstico remunerado, sectores económicos “más golpeados” por la pandemia, explicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva del organismo.
La Encuesta de Evaluación Rápida sobre el Impacto del Covid-19, del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), advierte que “las afectaciones son de manera desproporcional hacia las mujeres”. En materia de empleo, 47.8 por ciento de asalariadas reportó haber perdido su empleo, contra 43.2 de los hombres.
Edith Pacheco Gómez, investigadora del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México, refirió que el Covid-19 “profundizó las diferencias” entre géneros en materia laboral: es más “baja la participación de mujeres en el mercado de trabajo, mayor la brecha salarial y enfrentan más dificultad para encontrar empleo”.
La investigación Maternidad y trabajo no remunerado en el contexto de Covid-19, que Pacheco Gómez realizó con su colega Nathaly Llanes Díaz, indica que, por la desigualdad en el reparto de las labores de cuidados a familiares en la cuarentena, la “jornada de trabajo se amplió”. Sus horas dedicadas a labores domésticas y al cuidado de la familia se duplicaron en relación al promedio”.
La ONU estima que antes de las continuas cuarentenas, las mujeres pasaban un promedio de 2.5 veces más tiempo que los varones realizando trabajo de atención y labores no remunerados en el hogar.
El estudio Covid-19 en la vida de las mujeres: Los cuidados como inversión, de la Comisión Interamericana de Mujeres, alude que, ya en la prepandemia, la atención prestada a familiares que necesitan asistencia en su vida cotidiana estaba en “crisis” por la desigual distribución entre hombres y mujeres, lo cual se ahondó, y lo identifica como uno de los “principales obstáculos para la participación igualitaria de las mujeres en la economía”.