En retrospectiva, a Eduardo Giralt y a Emmanuel Massu les da la impresión de que su película, Los Plebes, estaba destinada a realizarse. Los cineastas se conocieron en Culiacán, Sinaloa, a partir de un proyecto fílmico muy distinto del que terminaron desarrollando.
Giralt, originario de Caracas, Venezuela, llegó a la capital sinaloense en 2018 con la intención de hacer pruebas a jóvenes para un filme. Alguien lo había puesto en contacto con Massu, quien además de estar interesado en audicionar, también conocía bien la ciudad, por ser de ahí.
Aunque las audiciones habían empezado, el plan no prosperó. Al no lograr contactar a los productores, se dieron cuenta de que habían perdido el interés, así que ellos también desistieron. Sin embargo, a raíz del trabajo que ya estaba hecho, habían llamado la atención de un pequeño grupo de jóvenes, cuyas armas y radios sugerían vínculos con el crimen organizado.
Ambos cineastas coincidían en la idea de que el narcotráfico había sido mal retratado. “Teníamos necesidad de cubrir también ciertas inquietudes, tanto personales como generales, de Eduardo y mías. Una de las mayores era: ¿realmente es todo lo que hay? Lo que nos muestran las series de televisión o las películas, todo esto que ha creado el cine durante la última década, ¿es lo único que hay?”, recordó Massu en entrevista.
Al ver la oportunidad de retratar un lado distinto de los sicarios, decidieron cambiar de objetivo. Buscaron financiamiento para permanecer en Culiacán y adquirir dos teléfonos inteligentes con los que pudieran grabar su película, un documental sobre el día a día de unos jóvenes con los que prácticamente compartían edad.
“No es que el crimen organizado se pueda retratar de manera bonita, pero dibujar al humano que hay detrás, y que por mucho tiempo se ha olvidado, es lo que muestra Los Plebes”, explicó. Es decir, “poder ver lo que hay detrás de tantas caretas que ellos mismos se ponen, la sociedad, el gobierno…”.
“Los cineastas habitan una torre de marfil”
Para lograr las grabaciones, los cineastas tuvieron que adentrarse en un entorno peligroso. “Un pasito en falso, una palabra que dispongas mal, y te vas...”, contó Massu.
Giralt, en tanto, recuerda haber sentido “tensión todo el tiempo, porque el tema también está relacionado con no bajar la guardia. Pasaba que cuando llegabas a un lugar nuevo a venderle la idea a la persona que controlaba esa zona, pues... tiene la radio a todo volumen y su cuete en el cinto. Y pues sí, hay un pedo de intimidación”, contó el venezolano.
También criticó al gremio: “La raza que hace cine no entiende cómo uno puede hacer esa vaina. Entonces, me hace pensar que la gente que hace cine está como en una torre de marfil”.
A pesar de su labor, ninguno de los dos directores se considera periodista. Para Massu la diferencia radica en la manera en que se plantearon hacer la cinta, además del enfoque que le dieron. “Teníamos un objetivo bien trazado: nos interesa tu corazón, tu interior, tu espiritualidad”.
Ambos también procuraron no mostrar la violencia, las armas, las drogas y otros aspectos de la parafernalia y la narrativa del narcotráfico. Tanto Giralt como Massu optaron por evitar volverse testigos de situaciones delictivas o conocer información que los comprometiera.
“No puedes crear una expectativa en el plebe de que te mimetizas porque él está viviendo dentro de una realidad y de una ficción. En las noches es el todopoderoso y en el día es el que va y hace fila para comprar las tortillas. No te puedes mimetizar porque al rato van a querer invitarte un jale o te van a decir: ‘ya eres parte de aquí’”, describió el sinaloense.
Los plebes es una cinta sobre la vida cotidiana de un grupo de muchachos dedicado al narcotráfico. Más que enfrentamientos y venta de drogas, está enfocada en aficiones, pasiones, vida amorosa, esperanzas y miedos.
El filme ha recibido la crítica de algunos de sus protagonistas. “Varios plebes la han visto y se aburren”, aseguró Massu. Será estrenada en el contexto del Festival Internacional de Cine de la UNAM, el domingo 21 de este mes a las 11 horas. El documental será de acceso gratuito a través de la plataforma Cinépolis Klic.